Las bandas formadas por ciudadanos de países del Este y por rumanos "están perfectamente organizadas y emplean, a veces, tácticas militares. En Castellón lo tienen más fácil porque tiene vías de huida perfectamente conectadas. Además hay mucho movimiento de extranjero". En general, el modo de actuar es "siempre similar", indican, "adelantan vigilantes, inspeccionan el entorno y, cuando dan el golpe, esconden el botín o se lo dan a otra persona, a ser posible menor de edad, ya que la pena que se les impone en caso de ser capturados es menor. Nunca huyen con lo robado para no ser capturados y así no se les puede incriminar", aseveran.