El Hospital Evangélico de Barcelona siempre ha negado que hubiera existido mala praxis en la muerte de Lina, que acudió a someterse a una operación de estética.

Asimismo, el centro médico también niega que exista "vinculación aparente" entre este caso y el de una mujer, de 44 años y residente en Barcelona, que falleció cuatro días después que Lina Andrea tras "caer fulminada" en el mismo centro por tromboembolismo pulmonar, tras haber sido dada de alta de una reducción de grasa en el abdomen.

El centro alegó que las dos operaciones fueron realizadas por dos equipos distintos de cirujanos externos a este hospital, que se limitaba a alquilar los quirófanos.