La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón juzgará, a partir del próximo 14 de abril, a seis acusados (cinco rumanos y un español) de los delitos de detención ilegal y prostitución de una menor procedente de Rumanía. Todos ellos se enfrentan a penas que suman los 61 años de prisión, tal y como solicita el fiscal en su escrito de calificación provisional, que también pide que indemnicen conjunta y solidariamente a la víctima en 100.000 euros, como consecuencia de los perjuicios ocasionados por estos hechos.

Los hechos que les imputa el representante del Ministerio Público se remontan al 20 de abril del 2007, cuando la menor de 17 años contactó en la localidad rumana de Arad con el acusado V. V., a través de un amigo que le comentó que este tenía facilidad para buscar trabajo en España, pues ella estaba interesada en venir a trabajar a nuestro país. A la cita también acudieron los acusados E. T. y I. B., a los que la víctima expuso su situación y V. V., conocido como Bobby, le prometió un trabajo de relaciones públicas, convenciéndola el resto para que lo aceptara y viniera a España "porque en Rumanía no tenía futuro".

Ella aceptó y tras pasar por su casa para recoger sus enseres personales, documentación y su teléfono móvil emprendió el viaje con los acusados en el vehículo de E. T. Ya de viaje y antes de llegar a la frontera de Hungría, se encontraron con un amigo de Bobby, a cuyo coche le pidieron a la víctima que subiera, con el que cruzaron la frontera sin que los pararan ya que este era trabajador de la aduana.

Según el escrito del fiscal, posteriormente, la menor "observó que Bobby le daba dinero a este último, además de darle las gracias porque si no fuera por él no podría traer a sus chicas, situación que hizo sospechar a la víctima de que aquello era una trama de prostitución". Por ello, pretendió volver a su país pero no pudo porque Bobby le quitó el móvil y su documentación, al tiempo que los acusados la metieron en el vehículo y le amenazaron con darle una paliza. Siguieron su viaje hasta España, pasando por Austria, Alemania y Francia, hasta que el 22 de abril llegaron a Castellón.

Una vez aquí, --y según el mismo escrito de acusación -- Bobby recogió a las acusadas O.N.N. y M.C., prostitutas que trabajaban para Bobby y harían funciones de vigilancia de la menor. Se alojó con M.C. en un hotel del Grao de Castellón desde ese momento hasta el 26 de abril, siendo controlada la víctima por I. B.y obligada a prostituirse bajo amenazas y debido a la situación de pánico en que se encontraba.

ESCAPÓ CON UN CLIENTE El 26 de abril, Bobby las llevó a un apartamento en Benicàssim donde estaba alquilado F. T., amigo del primero, para que se alojaran a partir de entonces. Desde ese momento, "la menor se prostituía en el camino Caminás de Castellón en compañía de O. N. y M. C., sin percibir cantidad alguna porque debía entregar el dinero a las anteriores", hasta que el día 29 de abril, un ciudadano rumano entabló conversación con la víctima. Esta le confesó lo que le sucedía y en un momento de descuido de las primeras, se subió a su coche y la llevó hasta Barcelona, donde la menor denunció todos los hechos.