Marcela Barbé toma tranquilizantes desde el domingo. Un golpe se oyó en la puerta de su domicilio: tres encapuchados la redujeron en una de las habitaciones, con un cuchillo apuntando a su garganta. Asimismo, uno de ellos "rompió la puerta del baño con el pie y me apuntó con la palanca de hierro".

Fueron minutos que se hicieron interminables. "Otro me tapó la cara con la pernera y me arrastró por el pasillo por el cuello y del cabello hasta la habitación de matrimonio", dijo, y añadió que solo decían "esa piba, que nos dé el dinero, que nos dé el dinero, si no me das nada te mato, y con acento argentino". El detenido, según la concejala, "era un chico que yo conocía". Estuvo trabajando en un pub como camarero. Marcela y su marido han vuelto a nacer y aún conservan el miedo en el cuerpo.