Aurel Gheorghe David, de origen rumano, confesó ayer ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia que le juzga que mató a su exmujer con un cuchillo, pero alegó que lo hizo "en defensa propia", porque ella le "atacó primero con otra navaja" con la que se cortó cuando intentó "arrebatársela".

El fiscal pide 24 años de prisión para este y la acusación particular, ostentada por el letrado José Ángel Gallego, eleva la pena hasta 28 años y seis meses, mientras que la defensa, representada por la abogada Eva Marín, demanda la libre absolución porque, aunque califica los hechos como homicidio, solicita que se apliquen las eximentes completas de legítima defensa y alteración psíquica por un shock emocional que sufría el acusado.

Aurel Gheorghe David reconoció que el 27 de marzo del 2007 abordó a su hijo cuando iba al colegio y le pidió las llaves de casa para coger unas cosas, ya que la víctima cambió la cerradura tras una orden de alejamiento.

Este afirmó que le comentó al menor que quería hablar con su madre para aclarar por qué le había quitado a este el móvil, lo que le impedía hablar con él. Según el procesado, entró en el piso y su mujer le lanzó un objeto y le atacó con un cuchillo, por lo que cogió otra navaja y la mató. "Me corté el cuello y me desperté en el hospital". La suegra declaró que este siempre "iba borracho" y había pegado a su hija "de forma brutal".

"CONFIABA EN MI PADRE" Por su parte, el hijo del procesado, de 16 años, dijo que su padre le "engañó", porque le dijo que quería las llaves del trastero y como llegaba tarde al colegio se las dio todas. "No me imaginaba que iba a pasar eso, confiaba en mi padre, era mi amigo". Respecto a su madre, el joven, que ahora reside en Rumanía con sus abuelos paternos, dijo que era "un angelito". La hija declaró que el acusado solía pegar a su madre.