El 28 de mayo de este año, María Gozalbo Boix, de 35 años, fue asfixiada con una fina cuerda de gimnasio en su vivienda de Castellón. Jaime Atilio Núñez, salvadoreño de 35 años, confesó la autoría del crimen poco después. La víctima había sido agredida física y verbalmente por su asesino en abril, cuando este le propinó una paliza ante el hijo de ambos, de tan solo tres años. Fue entonces cuando ella lo denunció en comisaría y él fue arrestado por un delito de malos tratos. Estuvo 24 horas en el calabozo y luego quedó en libertad provisional a la espera de un juicio que se iba a producir en junio. Días antes, el asesino confeso de María la mató en el piso que ambos compartían.