La tragedia reparte sus cartas. A las familias de las víctimas les ha tocado el dolor insondable de la pérdida. A los forenses, devolver la identidad a estos restos humanos esparcidos en los raíles. Una tarea complicada, en la que el ADN puede ser clave. Por eso, la consejera catalana de Justicia, Montserrat Tura, avisó: "El estado de los cuerpos, por el tremendo impacto sufrido, hace muy difícil su identificación".

"Ese tren a 139 kilómetros por hora era una trituradora", comentó un testigo, que describió el escenario como "dantesco". "Todos los cuerpos que había en la vía estaban destrozados a un nivel inimaginable", explicó. El destrozo era tal que incluso fue difícil saber el número total de muertos. Ayer, los 19 forenses que están trabajando a destajo junto a 21 mossos de la policía científica y 35 agentes de investigación habían logrado "indicios potentes de identificación de ocho cuerpos". A su favor cuenta que los mossos han encontrado los dedos de varias víctimas, lo que facilitará la tarea.

Identificar a alguien atropellado por un tren es una de las situaciones más complicadas para un médico forense. "El atropello causa una gran fragmentación de los cuerpos por el efecto de las ruedas y las vías. Al pasar, aspira los cuerpos hacia los bajos del tren y los retuerce. Los restos acaban ennegrecidos por toda la grasa que hay en el mecanismo", dijo el forense Josep Arimany.