Al menos tres de los 13 cadáveres deberán ser identificados comparando el ADN de los restos con el material genético de sus familiares. Ayer, el juez de Gavà (Barcelona) que instruye el caso se vio obligado a someter al análisis de ADN los restos de dos de las nueve víctimas que ya se daban por identificadas. El juez cree que las pruebas halladas por los forenses no bastaban para asegurar su identidad.

A ellos se suman los restos de una última víctima que los forenses asumieron desde un principio que debía someterse al ADN por el horrible estado de mutilación en que se encontraban. Hasta ayer, el juez había dado por buenas las identificaciones de nueve personas. De ellas, cinco eran ecuatorianas, dos bolivianas y una colombiana, además de una persona cuya nacionalidad se mantiene en reserva.