La Policía Judicial de la Guardia Civil ya ha tomado declaración a la exsocia del matrimonio holandés afincado en Vinaròs, que hace unos días estuvo retenido durante más de cinco horas en su chalet de la Costa Norte, amordazados, atados de pies y manos y que fueron golpeados por ocho encapuchados que les sustrajeron 85 euros en efectivo y joyas valoradas "en 20.000 euros".

Después de que fuentes fidedignas afirmaran que una de las hipótesis que barajaban los investigadores era el ajuste de cuentas, ya que los afectados "están envueltos en serios problemas económicos por un negocio que regentan", la exsocia, y principal sospechosa de este ataque, se puso ayer en contacto con Mediterráneo para desmentir su vinculación con este delito, que sobresaltó a todo Vinaròs, ya que en la vivienda también estaba la madre del holandés, de 65 años, que fue golpeada y amordazada durante varias horas.

La exsocia, que responde a las iniciales M.J., de nacionalidad española y que ha regresado a España después de vivir 48 años en Alemania, afirmó a este periódico: "Yo no he contratado a ocho encapuchados para torturar a esta familia de Vinaròs, ni para que les robasen, pese a que ellos me estafaron y tenemos un juicio pendiente por este delito". Y añadió que "me quitaron 50.000 euros después que juntos montáramos una cafetería que se llamaba Café Montero, y ellos lo cerraron y ahora le han puesto otro nombre, Friendss, quedándose con el dinero que yo les dejé para el negocio y nunca jamás voy a poder recuperar, nunca".

MÁS DEUDAS // Esta vecina de Vinaròs, que vive en la zona de Saldonaz, explicó que "pronto se celebrará el juicio por esta deuda y yo no tengo necesidad de contratar a sicarios, ni matones, ni a nadie porque creo en la justicia".

La mujer desveló que "los problemas financieros de esta familia de holandeses son conocidos por todos los residentes en la Cala Montero y le deben dinero a más gente, por lo que si se trata de un ajuste de cuentas puede que hayan sido otras personas, pero yo no, eso lo afirmo y esto se lo he contado ya a la Guardia Civil".

Los agentes continúan con las investigaciones, ya que la banda compuesta por ocho individuos que portaban verdugos en las cabezas, lograron huir sin que nadie les viera y después de que el vigilante de la urbanización Cala Montero avisara a la Policía Judicial y a la Guardia Civil al ver a los ladrones intentando forzar esa misma noche el bar Friendss. H