Uno de los acusados de tráfico de drogas del puerto de Burriana, J.B., defendió su inocencia diciendo que los 10.000 euros que la autoridad descubrió en su vehículo procedían de un premio de quiniela que obtuvo un año atrás, mientras que otro de ellos, J.R., aclaró que no tiene nada que ver con el hachís y que este ya entró en el puerto con el camión que conducía F. N., el tercero de los acusados. Estos fueron los argumentos que los acusados que se sentaron en el banquillo utilizaron para defenderse en el juicio, celebrado ayer en la sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón. El delito contra la sanidad pública ocurrió la madrugada del 17 de noviembre del 2006. La Guardia Civil interceptó un camión caja con casi unos 4.000 kilos de hachís cuando salía de la zona portuaria. Según el fiscal, que pide cinco años de cárcel y una pena de 10 millones, F.N., conductor del vehículo, descargó la mercancía junto a J.R., desde el velero que comandaba este último. Mientras, J. B. distrajo al vigilante conversando con él.

Tanto el vigilante del puerto como el agente de la Guardia Civil que supervisó el caso coincidieron con el fiscal, pues dijeron que F. N. y J. B. se conocían y que el velero de J. R. olía a hachís. El encargado de la vigilancia dijo que no vio ninguna transacción, pues estaba demasiado lejos. H