Una granja de les Coves de Vinromà ha sido objeto del robo de “40 cerdos en dos días consecutivos”. Los animales, que pesaban cada uno entre 100 y 110 kilos, estaban a punto de ser comercializados, lo que significa que “los autores del delito podrían ser mafias organizadas y que, por lo tanto, disponen de los medios de transporte adecuados”. Así lo denunció ayer la Unió de Llauradors y Ramaders.

El responsable del sector ganadero en Castellón, Pepe Girona, sospecha de que los ladrones tienen asegurada la compra posterior de los cerdos, ya que sabían perfectamente cuál era el peso que habían alcanzado los animales, y que es el que se necesita para ser vendidos después de su engorde en la granja”. Girona abunda en que una jornada se apoderaron de 35 cerdos y en otra de cinco por un valor de 5.000 euros. Unos ejemplares que, apunta, por su considerable tamaño y peso, “no se cargan tan fácilmente en una furgoneta”.

El portavoz de la Unió recalca “la impotencia de los ganaderos ante el elevado número de sustracciones en las granjas de la comarca de la Plana Alta”. “Los ganaderos no pueden permitirse el lujo de tener vigilancia privada en las granjas”, concreta Girona.

Por otra parte, relata que también en una granja de Torreblanca “hace días hubo un intento de robo de cerdos; el propietario de la granja sorprendió a los ladrones en el momento del robo, que huyeron rápidamente”.

OLEADA DE ROBOS // Para el representante de la Unió, “los robos en granjas, no solamente de animales, sino también de herramientas, son un goteo constante” y califica de “oleada” la comisión de estos hurtos que, en el último año, “han azotado instalaciones agrícolas de Tírig, donde robaron hasta en 11 almacenes, Canet lo Roig y les Coves, donde robaron recientemente en un concesionario de tractores varios vehículos agrícolas, y que está provocando la indignación e impotencia de los agricultores y ganaderos”.

ESCONDIDAS // Como explicó el dirigente de la Unió, “hay una dificultad añadida para los propietarios de las granjas a la hora de evitar estos robos, ya que estas instalaciones se encuentran escondidas y apartadas de las carreteras y vías convencionales de comunicación, a las que hay que acceder ex profeso, por lo que es casi imposible controlar quién puede ir a las mismas, sobre todo, si es por la noche”.

No obstante, el responsable del sector ganadero de la Unió reclama a las autoridades competentes “una mayor vigilancia en las zonas rurales y que se puede acabar esta pesadilla en la que se han convertido los robos, con el consiguiente daño a las propiedades de los granjeros, sobre todo los animales y también herramientas”, argumenta. H