Una pesadilla. Eso es lo que vivió Paquita Rodríguez Compte, una anciana de 86 años de Benicarló, que fue apaleada y agredida por un ladrón que entró en su vivienda para robar hace unos días. Pero, ella, no se arredró. Le plantó cara y consiguió que huyera. Pese a tener el pánico en su cuerpo, consiguió, a base de empujones, que el hombre abandonara la casa.

Las señales inequívocas del forcejeo se reflejan en el cuerpo magullado y los brazos ahora totalmente vendados de una mujer que, solo después de que el ladrón se marchase, comprendió que su vida corría peligro. Incluso, podía haber muerto.

Como cuenta Paquita, “eran las 7.15 horas de la mañana; dormía plácidamente, abrí los ojos y ví a un hombre agachado junto a la mesita de la habitación, que se levantó rápidamente al ver que estaba despierta y me puso un cojín sobre la cabeza y me cogió las manos”. “Yo intentaba defenderme, movía el cuerpo y le daba empujones, mientras él intentaba ahogarme con la almohada sobre la cabeza, a lo que yo me resistía enfurecida”, relata la anciana, quien añade que “todo el rato el hombre me decía que me callase y no gritara”. “A base de codazos y patadas conseguí tirarlo al suelo”, asegura la anciana, quien añade que “mi objetivo era que se fuera, que dejara la casa”.

“ESTABA MUY NERVIOSA” // Paquita manifiesta que “en ese momento no era consciente del peligro que suponía enfrentarme al hombre”. “Estaba muy nerviosa, pero miedo no tenía. Quería liberarme de él a toda costa; el pánico lo sentí después, cuando se fue, al comprender que había puesto en peleigro mi vida”, explica esta superabuela. El hombre había entrado a su casa, tras romper una ventana que comunica su tejado con el de una casa colindante.

Tras huir el ladrón, --como relata Paquita-- “llamé a unos familiares para contar lo que me había pasado; y me llevaron al centro de salud de Benicarló, donde me atendieron y me curaron las lesiones, y luego fui a presentar la denuncia a la Guardia Civil”, explica Paquita, que recuerda que “era un hombre delgado, de 25 a 30 años y no excesivamente alto”. Fueron los datos que facilitó a la Benemérita para su identificación. Paquita hoy lo puede contar. Estos días recibe el apoyo y la solidaridad de sus vecinos. H