El caso del Madrid Arena empieza a revolverse contra la alcaldesa, Ana Botella. Un informe de la Dirección General de la Policía Nacional confirma que el Ayuntamiento toleró el macrobotellón en el aparcamiento del recinto durante la fatídica noche de Halloween. La Policía Municipal, encargada de controlar el consumo de bebidas alcohólicas en el exterior, no hizo nada por impedirlo. Una multitud de participantes en el botellón se coló luego en el recinto, donde una avalancha causó la muerte de cuatro jóvenes.

Los policías que redactaron el informe aseguran que cuando fueron a recoger la autorización del concierto, un responsable de la empresa Seguriber, encargada de la seguridad, les informó de que se cobraba “10 euros por vehículo” que entraba en el párking del botellón y se ofrecía a sus ocupantes que “sobre las 2 o las 3 horas de la madrugada, cuando el artista principal actuara, accederían a la pista”.

La hora señalada coincide con el momento en el que se produjo la entrada masiva en el Madrid Arena. El informe también apunta al exceso de aforo como factor desencadenante de la tragedia.

El fiscal Manuel Moix aseguró ayer que todo apunta a que el Ayuntamiento podría ser responsable civil subsidiario y no descartó solicitar la imputación de más cargos municipales. H