Un anciano de más de 70 años y vecino de l’Alcora fue condenado ayer por la mañana a una pena de cárcel de dos años, después de reconocer ante el fiscal y los magistrados de la Audiencia que el 6 de diciembre del 2011 abusó sexualmente de un menor de tan solo 10 años al que conocía del vecindario. El hombre, al carecer de antecedentes penales, no llegará a ingresar en prisión.

El acusado, que acudió a la sala de la Audiencia cabizbajo, confesó que aquel día abusó del niño, por lo que el fiscal Francisco Sanahuja y el abogado del susodicho procedieron a pactar un acuerdo de conformidad con el fin de evitar mayor sufrimiento a la víctima, que, en caso de celebración de juicio, habría tenido que declarar y contar su versión.

Las partes dieron por probado que “el acusado, sin antecedentes penales, entre las 10.15 a las 11.15 horas del día 6 de diciembre del 2011, tras conducir al menor de 10 años de edad al garaje de una finca, actuando con ánimo libidinoso, se bajó la cremallera del pantalón y se sacó el pene, refiriéndole al menor que iba a hacerse una pajilla y que le tocara el pene, que aquello iba a quedar entre ellos dos”.

Según el documento judicial, al que ha tenido acceso Mediterráneo, “seguidamente, el acusado manifestó al menor de edad que mirara cómo se le había puesto el pene y, al mismo tiempo, tras mirar fijamente a los genitales del niño, le refirió que iba a darle una lamadita, negándose a ello el menor de forma rotunda”.

Después de este episodio de abusos sexuales, tal y como ha quedado probado, el anciano y el niño abandonaron el garaje y el hombre lo acompañó hasta el primer piso de la vivienda, donde el menor vivía con sus padres, para, seguidamente, marcharse.

FORENSE // Según los análisis forenses que se han practicado a la víctima, este no sufre ninguna secuela ni alteración psíquica como consecuencia del suceso provocado por el acusado. H