El asesino en serie de Castellón, JFV (Joaquín Ferrándiz Ventura), que podría solicitar el tercer grado penitenciario (la semilibertad) dentro de dos años --como publicó ayer Mediterráneo--, no podrá acercarse a Castellón cuando salga de la cárcel, ya que además de la condena de 69 años de prisión cuenta con una orden de alejamiento de cinco años de duración a partir de su reinserción, es decir, cuando esté libre.

JFV debe de acatar una condena efectiva de 25 años, según la aplicación del Código Penal de 1995, por asesinar a cinco mujeres durante los años 1995 y 1996. No obstante, cuando haya cumplido dos tercios de la pena efectiva --16 años y ocho meses-- podrá tener derecho a reclamar ciertos beneficios penitenciarios, como, podría ser, por ejemplo, un permiso de salida o la semilibertad. Un hecho que deberá de ser analizado y estudiado por la junta de tratamiento y la dirección del centro penitenciario de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, donde permanece recluido. Además de contar con el beneplácito del juez de Vigilancia Penitenciaria, que valorará su caso, ya que es un delincuente peligroso.

En el caso de que JFV consiguiera pisar la calle antes de lo previsto, tiene que cumplir una orden de alejamiento de las localidades donde actuó y fueron encontrados los cuerpos sin vida de las cinco mujeres a las que asesinó. Así, según fuentes judiciales no podrá aproximarse a Castellón, Benicàssim, Orpesa, Burriana, Vila-real y Onda, zonas donde actuó y trató de ocultar los cadáveres.

El caso de JFV ha cobrado actualidad después de que muchos asesinos que cometieron sus delitos antes de 1995 tengan ahora la posibilidad de salir de prisión después de que el Tribunal de Estrasburgo haya tumbado la doctrina Parot, que ha permitido alargar las condenas a presos peligrosos que se beneficiaban del Código Penal de 1973, mucho más benévolo que el actual. JFV fue condenado aplicando el nuevo Código Penal de 1995. H