La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a un año y 11 meses de prisión a un hombre que contrató a un santero para acabar con la vida del que pensaba que era el amante de su marido.

El magistrado ha considerado en la pena la atenuante de “estado pasional” del acusado cuando se produjeron los hechos, en 2010, según consta en la sentencia hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. El procesado atravesaba una mala situación con su marido a causa de que pensaba que este le estaba siendo infiel con un tercer hombre que convivía en su domicilio. En enero del 2010 contrató los servicios de un santero, declarado en rebeldía desde marzo del 2014, para que pusiera en práctica su “magia” para romper la supuesta relación, como se señala en la resolución judicial.

Sin embargo, la “magia” prometida por el santero no funcionó y los celos se fueron incrementando cada vez más y fruto de su “ofuscación” surgió en él una “firme resolución de acabar con la vida” del que pensaba que era el amante de su marido, por lo que pidió al santero que lo hiciera, el cual le hizo creer que aceptaba el encargo.

Para ello le entregó 2.500 euros, le dio las llaves del domicilio y le facilitó los horarios del hombre. Los hechos, que han sido aceptados por el acusado, son constitutivos de un delito de proposición para cometer un delito de asesinato. El magistrado ha fijado la pena de prisión de un año y 11 meses para el acusado teniendo en cuenta la atenuante muy cualificada de “estado pasional”, concluye el auto de la Audiencia Provincial.

SEGUNDO JUICIO // La sentencia ratifica el acuerdo de conformidad al que se llegó en el juicio celebrado el pasado 11 de febrero. Antes de llegar al pacto entre las partes, el ministerio fiscal reclamaba una pena de cinco años por el delito de proposición de homicidio. Era la segunda vista oral que se celebraba, ya que en una anterior que tuvo lugar un mes antes el santero, que tenía que testificar, fue declarado en rebeldía, ya que no apareció durante el proceso.

Por otra parte, hay que decir que la víctima no ha reclamado ninguna indemnización económica por estos hechos. H