Decenas de personas, vecinos y amigos de Maikel, se acercaron ayer hasta el tanatorio de la carretera de Borriol para darle un cálido último adiós. Un funeral muy concurrido en el que fueron muchos quienes recordaron con cariño a la víctima de este crimen, al tiempo que comentaban lo ocurrido. Ya por la mañana la sala habilitada para velar su cuerpo estaba abarrotada. A las cuatro de la tarde el lugar se llenaba más, por lo que muchos decidieron quedarse fuera acompañando a la familia en este duro trance.