Avanza la instrucción del caso Maikel y poco a poco se van conociendo nuevos detalles de este crimen que ha conmocionado a la sociedad castellonense por su brutalidad (le asestaron siete hachazos en la cabeza) y por la edad de los detenidos, tres chavales de Castellón de 20, 17 y 14 años.

Ayer declararon ante la juez del juzgado de Instrucción 2 de Castellón los padres de Maikel, Miguel Navarro y Vallibana Fernández, quienes revelaron, entre otros detalles que de desvelarse públicamente podrían entorpecer la investigación, que el menor de 17 años, quien al parecer pudo planear el asesinato, les daba pistas falsas para despistarles cuando lo estaban buscando desesperadamente por la provincia.

Según pudo saber Mediterráneo, los padres de Maikel, que están divorciados, y que en ciertos momentos no podían contener las lágrimas, explicaron que desde el día siguiente a su desaparición, el 5 de enero, víspera de Reyes, este joven les enviaba mensajes de WhatsApp sobre su posible paradero llegando incluso a indicarles que su hijo «tenía problemas con unos latin king», para después afirmar «que también estaba enzarzado con unos del grupo San Lorenzo». Tras días de búsqueda, en la que, justamente este menor les acompañaba a colgar los carteles y hasta visitó la casa de la madre de Maikel para ofrecerle su ayuda, confesó finalmente el crimen y fue detenido no sin antes enviar otro WhatsApp a uno de los padres diciendo que quien lo había asesinado había sido A.A.S., el otro chico que finalmente fue también detenido junto al menor de 14 y que acabó confesando su implicación.

Otro detalle que narraron a la juez instructora fue que un día, buscando a Maikel, la madre se acercó a la casa del chico de 17 años, que se encontraba con su abuelo, al que notó «muy nervioso». Lo mismo sucedió con una de las amigas del fallecido, que justamente está citada hoy para declarar, y que, como subrayaron, cuando le preguntaron por el posible paradero de Maikel «se ponía con las manos temblorosas».

Si más personas sabían o no del crimen o actuaron o no como encubridores, está por ver. Mientras tanto, las citaciones de testigos para declarar continúan.

La madre de Maikel se puso ayer en contacto con Mediterráneo pidiendo «respeto» en este momento tan difícil, remarcando que estaba en el cementerio frente a la tumba de su hijo.

«QUIERO JUSTICIA» // Esta expresó con desánimo: «Estamos sufriendo muchísimo; quiero que se haga Justicia y que quienes lo han matado se pudran en la cárcel».

Cabe recordar que Maikel recibió 9 hachazos en una casa próxima a la basílica de Lledó, al parecer, por un asunto de drogas. Después, como confesaron los tres detenidos, le pusieron una bolsa en la cabeza, lo ataron y lo llevaron con una carretilla al campo de naranjos que hay enfrente, donde lo enterraron. Tras esto, hicieron un pacto de silencio.