El vertido de 60.000 litros de gasóleo que se produjo el viernes por la noche tras el choque de un ferri contra el muelle de Las Palmas estará solventado, según las previsiones, en las próximas horas. Así lo aseguró el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que explicó que más de la mitad del material fue retirado de inmediato. Pese a ello, en la tarde de ayer esta misma institución amplió la declaración de emergencia a los municipios de Ingenio y Agüimes.

En este sentido, recomendó la suspensión de las actividades lúdicas y deportivas en la franja marítima inicialmente afectada hasta que la situación adversa remita. Entre los eventos afectados destacó la regata de vela latina canaria que estaba prevista para la tarde de ayer en la capital grancanaria y que fue suspendida.

EVAPORACIÓN // Morales precisó que la situación de emergencia es de nivel II, y que «se trata de un vertido de gasoil, un material volátil, que se extiende a aproximadamente 2,5 millas desde el punto de origen, y por su característica de poco pesado se evaporará en cuestión de horas». Es por ello que afirmó que el impacto medioambiental «será mínimo» y que los técnicos no prevén que afecte a la costa.

Por su parte, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, subrayó que el accidente fue «más aparatoso que grave y no ha habido daños personales».

Según las primeras investigaciones, el accidente se produjo por un problema de caída de tensión en el ferri Volcán de Tamasite, lo que provocó su colisión con el dique Nelson Mandela de Las Palmas y provocó numerosos daños materiales en el puerto.

En el momento del choque, en el buque iban unas 140 personas, que fueron trasladadas a Tenerife. El ferri entró por sus propios medios en el muelle con la ayuda de dos remolcadores.