Una nueva de oleada de robos tiene en alerta a los vecinos de Burriana. Y es que la localidad viene padeciendo en los últimos días toda una serie de asaltos, tanto a comercios como a personas en plena calle. Se trata de robos de todo tipo, que se producen además con modus operandi muy diversos. Entre los afectados hay adolescentes, pero también mayores, por lo que la alarma se extiende entre todos los segmentos de edad. Los hechos han tenido lugar en pleno centro y con pocas jornadas de diferencia.

Durante la madrugada de ayer fue una tienda de ropa de la calle El Raval la que sufrió un robo con fuerza, en el que los ladrones se llevaron gran parte de las prendas que el establecimiento tenía expuestas y también las que estaban vendidas y permanecían en el local porque necesitan un arreglo. Los cacos forzaron las cerraduras de las dos puertas que tiene el establecimiento para acceder a la tienda, que ayer no pudo atender a los clientes.

En la confluencia de esa misma calle con l’Escorredor ya había tenido lugar unos días antes otro robo a una mujer, mediante el procedimiento del tirón. Fue cuando regresaba a casa después de salir a cenar. «Al coger la llave y ponerla en la cerradura, un hombre grandote me cogió por los hombros y me tiró al suelo, me cogió el bolso y se fue corriendo», explicó la afectada en declaraciones al diario Mediterráneo.

Posteriormente, la Policía Local de Burriana recuperó el DNI de la víctima de una papelera y también su carnet de conducir. Sin embargo, los agentes no encontraron «ni el bolso, ni las gafas ni el monedero», concretó. Además de perder sus pertenencias, el fuerte tirón y el impacto contra el suelo provocaron a la mujer un esguince cervical.

Los más jóvenes del municipio también están en el punto de mira de los ladrones, pues, según han revelado a este periódico, varios adolescentes han sido víctimas de robos con intimidación en la plaza del Ayuntamiento.

AMENAZAS

«Mi nieta me ha contado que en varias ocasiones se han acercado hombres y han amenazado a las personas con un ‘te pincho si no me das el móvil’ y que han conseguido robar allí mismo dos o tres teléfonos en un momento», explicaba un familiar. Unos sucesos que tienen lugar a plena luz del día y que han puesto en alerta a quienes allí se reúnen. «Ahora, cuando ven a un desconocido, se marchan rápido por miedo», reconocen.