A la cárcel. El juez del juzgado de Instrucción número 1 de Castellón, en funciones de guardia, decretó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, con tratamiento psiquiátrico, para el senderista que fue detenido el miércoles, como publicó Mediterráneo en primicia, acusado de provocar un incendio forestal en el paraje protegido de las Agulles de Santa Àgueda, en el entorno del parque natural del Desert de les Palmes de Benicàssim. El juez le imputa un delito de incendio forestal, confirmaron a este diario fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

El hombre fue detenido por la Guardia Civil de Benicàssim después de convertirse en el principal sospechoso del incendio, que justamente, se había declarado poco después de que él mismo avisara a los servicios de emergencias, al 112, pidiendo auxilio porque había sufrido un percance por la montaña. Al parecer, según fuentes conocedoras de los hechos, el sujeto, para conseguir que los medios de rescate le divisaron a él y a un compañero con mayor facilidad en las crestas de Santa Àgueda, le prendió fuego a una mochila que llevaba, extendiéndose las llamas rápidamente por este entorno natural.

Por el momento, no ha trascendido su versión de los hechos. Pero dada la gravedad del suceso, el juez lo ha enviado a la cárcel con la condición, además, de que siga un tratamiento psiquiátrico, sin que haya trascendido qué clase de dolencia psicológica sufre y si la misma le condicionó a llevar cabo dicha acción delictiva.

10 minutos de diferencia // El caso sorprendió a los bomberos, a la Policía Local y a la Guardia Civil. Eran las 17.30 horas cuando los servicios de emergencias requerían la presencia de los bomberos en las Agulles de Santa Àgueda porque un senderista estaba herido. Apenas diez minutos después el humo era visible y tres aviones y un helicóptero eran movilizados de inmediato hacia la misma zona para sofocar las llamas. Los dos sucesos al mismo tiempo y en el mismo lugar. Cuando los medios de rescate llegaban, el senderista ya se había marchado por sus propios medios. Todos los esfuerzos se centraron, entonces, en apagar las peligrosas llamas.

Mientras tanto, la Guardia Civil, ante las evidentes sospechas, procedía a la detención del senderista, que fue trasladado hasta el cuartel de Benicàssim para declarar. Ayer lo hacía en el juzgado. El hombre se enfrenta a penas de hasta cinco años de cárcel al tratarse de un delito grave.