Un vecino de Burriana, José Miguel Tomás Navarro, de 58 años de edad, fue enterrado en la mañana de ayer jueves en la localidad después de fallecer tras recibir las picaduras de varias avispas en la zona del cuello y de la cabeza mientras estaba trabajando con normalidad para el Sindicato de Riegos de la localidad, según informaron personas conocedoras de este extraño y trágico suceso a este diario.

Según han relatado familiares del fallecido, ya había recibido picaduras en otras ocasiones, motivo por el que «sabemos que se ha enviado a especialistas a la zona para averiguar qué tipo de avispas le pudieron atacar en el cuello y en la cabeza», ya que «le provocaron una reacción que, tras varias horas, acabaron en un fallo multiorgánico» después de no responder al tratamiento que le pusieron los médicos.

En un primer momento, el hombre comenzó a sentirse mal después de las picaduras hasta que finalmente cayó desplomado al suelo y fue trasladado hasta el hospital, donde ya superada la medianoche falleció.

Ayer, antes de la salida de segundo toro en la celebración de las fiestas de Burriana se le guardó un respetuoso minuto de silencio con la presencia de los familiares que estaban delante del cajón y con los sonidos de la trompeta como los únicos que cortaban la emotividad del intenso minuto.