Pilar Alonso y Luis Dil, los padres de la menor de 17 años que murió la semana pasada en una parada del autobús de Benicarló trasser atropellada por un conductor que iba drogado, han querido hablar para Mediterráneo pese al dolor por el que están pasando después de perder a una hija que estaba «en la flor de la vida».

Con la voz entrecortada narraron que apenas unos minutos antes del terrible accidente, sobre las 22.21 horas, habían estado hablando con ella: «Estaba feliz, le habían renovado el contrato en el Hotel Plaza de Peñíscola; esa noche había quedado con su amiga para celebrarlo y se fueron a cenar a Benicarló. Cuando ya iba a venir a casa, a Vinaròs, me llamó e incluso me mandó una foto de ellas dos juntas, felices, sonrientes. A los pocos minutos moría», relataba Pilar, una madre que, como afirmaba: «Tan solo pido que se haga justicia».

La familia ha convocado una concentración para el día 28, a las 10.00 horas, en la puerta de los juzgados de Vinaròs. «No es justo que el conductor esté en libertad, porque dio positivo en cocaína y seguro que excedería la velocidad. De hecho, la farola que había en la parada de autobús la arrancó de cuajo. Tremendo», afirmaba Pilar indignada.

RIESGO DE FUGA Y TOXICÓMANO

Su abogada ya ha presentado un recurso de reforma para que la juez revise el auto de libertad y mande al conductor a la cárcel de manera provisional: «Hay indicios de la comisión de un homicidio imprudente con una posible condena mínima de tres años y tres meses de cárcel. Existe riesgo de fuga y de reiteración delictiva ya que es toxicómano y adicto a la cocaína por lo que su capacidad de control es nula y podría volver a coger un coche». La letrada penalista también alega que el detenido «cayó en contradicciones».

Y es que pese a que el propio fiscal solicitó el ingreso en la cárcel en su momento, la juez lo desestimó porque había dudas.

Al parecer, el arrestado, D.M. de 37 años, habría aprovechado que la Policía Local no le detuvo en un primer momento y que lo llevaron a casa para alegar ante la juez que había consumido cocaína después del atropello y no antes. Y es que, además, no fue detenido inmediatamente, sino que, tras fallecer Rocío, sobre las tres de la madrugada, fueron a buscarle de nuevo a su casa, en Vinaròs, y le sometieron entonces a la prueba, seis horas después del atropello. El conductor, como confirmaron fuentes judiciales, «es adicto también a la heroína, y esa noche, tras el accidente, además, le tuvieron que suministrar metadona al darle el mono».

«Lo peor es que nos lo hemos cruzado varias veces porque vive a dos calles de nuestra casa», decían los padres, rotos de dolor. La otra joven, de 21 años, sigue en la UCI del Hospital General.