El juzgado de lo Penal número 1 de Castellón ha condenado a un vecino de Burriana de 25 años y con antecedentes penales por hurto y allanamiento de morada, a una pena de 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad como autor de un delito de violencia de género, al probarse que propinó puñetazos en la cabeza a su mujer, uno de ellos, en presencia de la Guardia Civil.

El acusado, además, como consta en la sentencia, la amenazó repetidamente de muerte durante una discusión mantenida hace más de un año en el domicilio familiar y ante testigos.

Los hechos se remontan al 6 de agosto del 2016, sobre las 10.30 horas. El hombre comenzó una acalorada discusión por cuestiones domésticas con su esposa en el domicilio familiar, donde residían con sus dos hijos menores. En el transcurso de la pelea, gritó a la víctima frases como: «Te voy a matar. A esa hija de puta la mato». Unas amenazas que llegaron a escuchar los efectivos de la Guardia Civil que se personaron en la casa tras ser avisados por los vecinos de la finca.

Cuando los agentes llamaron al timbre para entrar en el piso, la hermana del acusado les cerró la puerta e intentó impedirles el paso. Los guardias, finalmente, consiguieron acceder por la fuerza y vieron que la víctima se encontraba en la cocina con el acusado, quien, al no percatarse de su presencia, le asestó varios puñetazos en la cabeza.

Al darse cuenta de que había sido descubierto, salió corriendo por el pasillo para encerrarse en la habitación de matrimonio. Tras un forcejeo, los guardias civiles lograron acceder a él, reducirlo y detenerlo, pese a la fuerte resistencia que opuso, al estar muy alterado y nervioso.

Uno de los agentes que actuaron en la detención declaró en el juicio que escuchó cómo la víctima gritaba que la había amenazado con un palo y que el acusado repetía una y otra vez que la iba a matar. Fue al oír un estruendo cuando decidieron entrar en la casa, narró, pese a que la hermana del detenido intentó impedirlo. Una vez dentro, encontraron a la mujer herida y al agresor golpeándola. El agente manifestó que cuando fue arrestado, la víctima se abrazó a él y pidió que no lo detuvieran. La mujer, de hecho, se negó a declarar contra su esposo durante el juicio.

La juez también impone en su fallo que el hombre permanezca alejado de la víctima durante siete meses y que no se comunique con ella por ningún medio. La sentencia ha sido ratificada por la Audiencia Provincial de Castellón, cuyos magistrados entienden que se trata de una agresión del acusado a su mujer respondiendo a esa situación de dominación por su género.