"Estaba drogado y bebido". De esta forma, y diciendo que sintió «un impulso del diablo por dentro», se defendió durante el juicio Juan Manuel A.S., acusado de intentar asesinar a su hija de tan solo dos años en Vinaròs en el 2013. Durante su declaración de ayer ante el juez, el individuo reconoció no solo estos hechos sino otras agresiones pasadas, al tiempo que pidió perdón por las mismas.

En concretó, admitió que había mordido en la cara a la niña solo cinco días antes, episodio por el cual la madre, también acusada, había presentado una denuncia apenas 24 horas antes de producirse la más grave. Los dos respondían por los delitos de asesinato en grado de tentativa y maltrato, y durante la vista optaron en todo momento por reconocer los hechos. El juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Castellón, quedó visto para sentencia porque hubo acuerdo entre las partes para renunciar a las declaraciones de los forenses, previstas para la jornada de hoy.

REBAJA DE PENAS // En su escrito de conclusiones, la fiscal rebajó su petición de penas para ambos, de 15 a ocho años y tres meses en el caso del varón, y de seis años a un año y 33 días de trabajos para la comunidad para la fémina.

En los dos casos, el Ministerio Fiscal contempla la atenuante de reparación parcial del daño, puesto que la madre se comprometió a disponer los 4.000 euros de indemnización para la pequeña, mientras su progenitor aseguró que pagaría ahora 1.500 y el resto en el futuro. Asimismo, en el caso de la mujer también se considera la atenuante de dilaciones indebidas, pues a diferencia del principal acusado sí acudió a las cuatro llamadas de la justicia anteriores. Por último, en las conclusiones también se valora el hecho de que la madre pidió auxilio una vez comprobó la gravedad de las lesiones de la niña.

La agresión tuvo lugar en la mañana del 18 de enero del 2013, cuando la acusada dejó a su pareja a cargo de la bebé, pese a reconocer que sabía que la había agredido en otras ocasiones y conocer que este había estado consumiendo drogas. Tras dirigirse a su trabajo, la madre llamó al domicilio y, al escuchar que la niña lloraba, regresó para comprobar qué le ocurría. Fue entonces cuando se la encontró herida en el baño, momento en el cual «se desvaneció» en sus brazos.

La pequeña estuvo 14 días en la UCI del Hospital General de Castellón debido a las heridas que presentaba, entre ellas mechones de pelo arrancados y una laceración hepática grave.