Los miembros de la Manada vuelven a enfrentarse a un tribunal por un delito de abuso sexual, similar al cometido en julio del 2016 durante los Sanfermines y que le valió una condena de nueve años de cárcel. Una jueza de Pozoblanco (Córdoba) ha procesado ahora a cuatro de ellos por los delitos de abuso sexual, maltrato y contra la intimidad por grabar y difundir los tocamientos a los que sometieron a una joven de 21 años en estado de semiinconsciencia en el interior de un coche en mayo de ese mismo año.

Los cuatro implicados en este caso son José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero, todos ellos en libertad provisional bajo fianza de 6.000 euros desde el pasado 26 de junio a la espera de que se resuelvan los recursos contra el fallo de la Audiencia de Pamplona. El quinto miembro de la Manada condenado, Ángel Boza, no estuvo presente en Pozoblanco, considerado el primer ataque del grupo del que se tiene constancia. Boza está en prisión preventiva tras el robo de unas gafas y la posterior agresión a los vigilantes de seguridad que trataron de interceptarle.

Fuentes judiciales confirmaron que la jueza de Pozoblanco atribuye a los implicados un delito de abuso sexual y otro contra la intimidad, ya que la víctima en ningún momento consintió la grabación y posterior difusión en los chats de la Manada de las imágenes con los tocamientos.