El rescate de la espeleóloga de Vinaròs Jéssica Sales Simó y otras dos compañeras de Barcelona, atrapadas durante dos días en una cueva de Cantabria, ha vuelto a poner sobre la mesa el recurrente debate de los costes de los rescates en la montaña y las imprudencias que en algunos casos se cometen. Aunque los equipos de emergencias dijeron tras ese incidente que las deportistas iban preparadas, el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, realizó en la red unas polémicas declaraciones, incidiendo en que no se puede gastar «siempre el dinero público en aventureros».

Para el director de la Agencia de Seguridad y Emergencias de la Comunitat Valenciana, José María Ángel, en la actualidad «no se calibran bien los riesgos que existen en la montaña» y cabría «impulsar políticas pedagógicas para concienciar sobre los peligros y de los recursos públicos que se invierten en cada rescate».

Según datos del Consorcio de Bomberos de la Diputación, el pasado año se realizaron en la provincia un total de 36 servicios de ayuda en el monte, o lo que es lo mismo, tres al mes. Este 2019 va camino de batir récords, pues en tan solo los primeros seis meses del año ya han hecho 22.

La Generalitat no ha establecido hasta la fecha ninguna tasa de rescates, como sí tiene Cantabria, por ejemplo, desde el año 2002 (aunque nunca la ha aplicado). «Políticamente nunca se ha abordado, pero últimamente prolifera el exceso de confianza y debería ser obligatorio estar federado y tener un seguro para ciertas prácticas», incide Ángel.

LOS COSTES / Calcular el coste de un servicio de este tipo no es tarea fácil, pues cada uno tiene una duración, desde una hora a varios días, y requiere de medios distintos --helicópteros, lanchas o balsas para pantanos o ríos, unidades caninas...--. Una cifra sí puede proporcionarse, la primera hora de vuelo del helicóptero de rescate ronda los 2.000 euros. A partir de ahí, todo es sumar. Otro dato, este medio aéreo fue empleado en tres emergencias de las 36 registradas durante el 2018.

En la provincia los bomberos de la Diputación realizan múltiples servicios de auxilio en la montaña: ciclistas lesionados, montañeros perdidos, aficionados a deportes de riesgo heridos, boletaires desorientados... La Unidad de Rescate de Montaña --además cuentan con otra Acuática y una tercera de Desescombro-- es la más antigua de la Comunitat Valenciana y dispone de una veintena de especialistas. «Recientemente hemos realizado un curso de una semana de duración, precisamente de espeleosocorro, con expertos de Cantabria en cuevas de Castelló», explica el suboficial jefe de Rescates, Javier Botet.

«En el monte nos encontramos con muchos senderistas perdidos, aficionados a la micología de edad avanzada que se desorientan... Es fundamental tomar precauciones y, por ejemplo, no salir a mediodía o cuando ya está atardeciendo. Hay quien sufre golpes de calor por la temperatura o por no llevar agua», incide.

Botet destaca que el Consorcio tiene un acuerdo con la aplicación móvil especializada Alpify por el cual el aviso realizado en caso de emergencia llega directamente a la central de Castelló.

TRAGEDIAS REIENTES / Aunque la mayoría de los rescates acaban bien, en la provincia continúan muy presentes dos tragedias recientes, la muerte de dos montañeras por cogelación en Castell de Cabres en el 2016, tras quedar atrapadas en la nieve, a 200 metros de una masía; y la de una joven de 22 años que se tiró al río Sénia en la Pobla de Benifassà para salvar a su perro.