Un castellonense de 44 años ha sido condenado a cuatro y medio de cárcel por un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada con la agravante de reincidencia tras haberle quitado las llaves de su vivienda a su amigo de la infancia para entrar, posteriormente, en su casa de Burriana y desvalijarla.

Según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, el ya condenado fracturó en el año 2016 el cristal del Audi Q7 --coche de empresa-- que conducía su amigo y que estaba estacionado en la Vall d’Uixó.

Del interior se llevó unas gafas de sol y las llaves de su piso y luego entró en el inmueble de Burriana. En la casa se apoderó de relojes, varias videoconsolas, una tablet, joyas, móviles, cartones de tabaco, tres ordenadores y dos cámaras de fotos, entre otros muchos objetos. El botín sustraído alcanzó un valor cercano a los 3.000 euros.

Más tarde, revendió en una tienda de compra-venta de enseres una de las consolas que había robado en la casa.

Como recoge la sentencia del Juzgado de lo Penal número 3, el ladrón ya había sido sentenciado en dos ocasiones anteriores en el año 2013 por el Juzgado de lo Penal número 1 de Castelló a penas de cárcel que se encontraban suspendidas por delitos de robo con violencia y con fuerza.

Tras el recurso presentado por la defensa, la Audiencia ha confirmado la condena.