El juez decretó ayer el ingreso en prisión del conocido como el ladrón de la alcantarilla de Castelló, después que la Policía Nacional relacionara en el atestado todos los casos conocidos, con el fin de evitar que el detenido quedara libre. Además, un testigo de uno de los últimos robos en la avenida de Pérez Galdós asegura que vio a dos hombres durante el asalto a la tienda The Movil City. Por ello, la Policía Nacional investiga ahora, tras su testimonio, si el caco pudiera tener un cómplice para sus asaltos, en los que emplea una rejilla de hierro como arma para reventar escaparates.

El arrestado, que responde a las iniciales I.N.M. y es español, fue detenido en la madrugada del viernes tras su sexto golpe por agentes de la Policía Local y trasladado a la comisaría de la calle Río Sella. No era la primera vez que los efectivos lo cazaban, pues este mismo enero ya fue detenido en otra ocasión por un delito contra el patrimonio en la plaza Clavé. Sin embargo, tras pasar a disposición judicial, quedó en libertad con cargos, según explicaron a este diario fuentes del caso.

REINCIDENTE / Como publicara recientemente Mediterráneo, que ha seguido las andanzas del ladrón y ha informado sobre ellas, después de su arresto I.N.M. no se detuvo y volvió a la carga con el mismo modus operandi. Atacó un negocio de la avenida Valencia y dos en Rey Don Jaime. Además es sospechoso de otro robo en un local de la calle Herrero.

El malestar había ido in crescendo entre los gerentes de establecimientos de electrónica de la capital. «Saber que estaba suelto cada dos por tres nos preocupaba mucho y nos hacía sentir indefensos. Él actúa con impunidad y a nosotros nos toca pagar los platos rotos», explica uno de los afectados a este diario. El caco se interesaba, especialmente, por teléfonos móviles de alta gama. En sus golpes sustraía terminales de la marca iPhone, así como otros smartphones de gran valor.

El asaltante fue captado por las cámaras de seguridad de uno de los negocios atacados y las imágenes, a las que tuvo acceso este periódico, muestran cómo se acerca al escaparate a pie, coge una tapa de alcantarilla, mira hacia los lados para asegurarse de que no hay testigos y propina hasta diez golpes secos contra el cristal. Una vez tiene un agujero suficientemente grande como para introducir la mano, apoya la rejilla de hierro en el suelo y sustrae todos los teléfonos que puede en más o menos un minuto.

Tras apoderarse del botín, coge la tapadera que utiliza como arma para el golpe y se marcha caminando en la misma dirección.Este modo de operar lo ha repetido, al menos, en seis ocasiones en la capital de la Plana.