Los dos hombres detenidos el pasado martes en València por intento de homicidio tras provocar un incendio en una vivienda del barrio del Carme de València con sus dos moradores dentro pretendían quedarse con la casa para convertirla en cuartel general de carteristas para robar a los turistas durante estas Fallas.

Los ahora arrestados, que tienen sus domicilios habituales en los barrios valencianos de Orriols y Benicalap, se enteraron de que dos compatriotas ocupaban ilegalmente un piso muy céntrico, en pleno barrio del Carme y, dado que, al parecer, se dedican a cometer hurtos al descuido y al robo de carteras en grandes aglomeraciones, pensaron en trasladarse a esa casa de cara a su próxima campaña de Fallas.

Ambos tienen numerosos antecedentes y son conocidos de la Policía Nacional, puesto que han sido detenidos en multitud de ocasiones, tanto por robos al descuido como de carteras.

Los dos detenidos pasaron a disposición del juez de Instrucción número 18, en funciones de guardia de incidencias, quien ordenó su ingreso en prisión a petición de la Fiscalía pasadas las nueve de la noche. El juez se inhibirá en favor de la jueza de Instrucción 21, que es quien había recibido el asunto por reparto, según fuentes del TSJCV.

Tal como informó ayer este rotativo, los dos hombres fueron detenidos en la noche del martes por agentes uniformados de la Policía Nacional, que los reconocieron mientras iban de patrulla por el centro.

Ambos habían sido identificados, junto con un tercero que aún no ha podido ser localizado, como los responsables de un incendio provocado a las cinco de la tarde del sábado 15 de febrero, tras una discusión con dos jóvenes que residían en la vivienda sita en la puerta 3 del número 10 de la calle Salvador Giner.

pelea / Los ahora arrestados llegaron a la casa, armados con patas de cabra y martillos, y consiguieron que les dejaran entrar. Tras intentar que les cedieran la casa como piso franco durante las Fallas para ir guardando la carteras que fuesen robando a los turistas, los moradores se negaron en rotundo, lo que dio origen a una pelea entre todos ellos. Los arrestados les atacaron con las herramientas que llevaban, pero, aun así, los dos que vivían de okupas en el piso se defendieron y lograron hacer huir a los atacantes.

No conformes con lo sucedido, según se desprende de las investigaciones policiales, los presuntos agresores se fueron en busca de gasolina para prender fuego a la casa como venganza. Además, cogieron un somier que colocaron en el rellano, pegado a la puerta, bloqueando la salida, con la supuesta intención de cerrar la posible huida a los dos chicos.

Tras prender fuego al combustible que habían derramado, echaron a correr y escaparon. La cantidad de carburante empleado hizo que el fuego se propagase con celeridad y provocase una densa columna de humo que se extendió por las siete plantas del inmueble a través de la escalera, que actuó de chimenea.

Las víctimas se dieron cuenta a tiempo y trataron de sofocar las llamas arrojando agua sobre la puerta y el somier. Fue en ese momento cuando llegaron los primeros policías nacionales, que desalojaron a los afectados y aseguraron la finca para que nadie resultase herido. Los daños materiales fueron cuantiosos en los rellanos de las primeras cuatro plantas y en toda la escalera del inmueble.