Una tragedia de tráfico con cuatro muertos acabó en el año 2001 por desvelar un crimen machista. El brutal asesinato de Desirée Arán en Vinaròs hace ahora 20 años llenó de indignación y de incredulidad a toda la provincia. La joven, de 23 años y embarazada de dos meses, apareció muerta en su domicilio de la capital del Baix Maestrat. Falleció desangrada y tenía heridas en el vientre, causadas con un tenedor, según determinó la autopsia.

Desiré fue asesinada tan solo tres horas antes de que su novio, Javier Ramón Pla, de 27 años y natural de Tortosa, invadiera, en el término municipal de Onda, el carril contrario y colisionara frontalmente con otro vehículo. Tanto el joven catalán, como los tres ocupantes del coche con el que chocó, perdieron la vida.

Esta sospechosa coincidencia provocó, desde el principio, que la principal hipótesis de los investigadores de la Guardia Civil fuera un crimen de género. Javier Pla se convirtió desde el minuto uno para los agentes y allegados de la chica en el presunto autor del asesinato de Desiré, con quien esperaba un hijo.

Según apuntaban hace ahora 20 años las investigaciones, después de cometer el crimen, el hombre se puso al volante su coche (un Ford Fiesta) y circuló sin rumbo por varias carreteras hasta llegar al kilómetro 16 de la comarcal CV-10, que une las localidades de Villavieja y La Jana.

A más de 70 kilómetros de distancia de Vinaròs, habría provocado la colisión frontal contra un Opel Astra. Así, segó la vida de Pedro M. Y., de 41 años; su mujer, María Ángeles O.B., de 40, y el padre de ésta última, Miguel O.F., de 71 años.

Desirée Arán y Javier Pla pretendían casarse el 18 de agosto y el asesinato de la joven embarazada causó incredulidad y estupor entre los vecinos de la pareja. «Nunca oímos gritos ni vimos nada que nos hiciera pensar que había problemas entre ellos», declararon tras el crimen en conversaciones con este diario.

Hermanas asesinadas

El caso, ya de por sí macabro, todavía cobra tintes más trágicos al saberse que la hermana de Desirée, Maite Arán, había aparecido también asesinada dos años antes, junto al cadáver de su hijo y de su marido en Peñíscola. La investigación determinó que su esposo los mató y después se suicidó.

La manera en la que Javier Pla decidió suicidarse tras asesinar a su novia embarazada, estrellando su coche en una carretera de la provincia, coincide con un crimen machista reciente, el de la vila-realense Andrea Carballo, de 20 años, en 2017. Cabe recordar que Víctor Llorens --el Peonza-- raptó a su exnovia, de la que tenía una orden de alejamiento, y estrelló el coche en el que ambos iban contra una gasolinera de la 340 la víspera de Nochebuena.