La localización e identificación de un botellón en un polígono industrial de la Vilavella acabó el sábado a última hora de la tarde en carreras y una llamativa persecución por parte de la Guardia Civil, según relataron a Mediterráneo testigos de lo sucedido.

Desde el Ayuntamiento confirman que sobre las 20.00 horas, una patrulla de la Policía Local dio apoyo a la Guardia Civil a la hora de abordar una reunión prohibida por las restricciones sanitarias en el lugar donde, por costumbre, se almacenan los cadafales. La alcaldesa, Carmen Navarro, explicó que, según le explicaron desde la policía se identificó a los participantes «y los obligaron a limpiar la zona» donde se encontraban.

La versión oficial difiere ligeramente de la información facilitada por testigos, que aseguraron que en la intervención participaron hasta dos furgones de la Guardia Civil. En cuanto los jóvenes, al menos una quincena, vieron que los habían descubierto, se dispersaron corriendo por el polígono. Varios agentes los persiguieron y retuvieron a algunos de ellos. Ni el consistorio ni la Guardia Civil han confirmado el número exacto de identificados, ni tampoco si se interpusieron denuncias.

Lo que sí señalaron desde el Ayuntamiento es que tras este operativo, los agentes se quedaron en el municipio para mantener la vigilancia y velar por el cumplimiento de la normativa.

SUCIEDAD Y FALTA DE CIVISMO

Como en otros municipios, grupos aislados de jóvenes escogen las zonas apartadas de la Vilavella para reunirse, sin cumplir con las restricciones establecidas para el conjunto de la población. Que se encuentren en un número mayor del permitido es solo uno de los inconvenientes pues, como han denunciado a este periódico vecinos del pueblo, dejan su rastro en los lugares en los que se citan.

Ese sería el caso, por ejemplo, del nuevo parque que el Ayuntamiento ha urbanizado en la zona de la Vieta, donde no es extraño encontrar restos de bebidas y comida esparcidos por el suelo, a pesar de que las papeleras están vacías. El mencionado polígono industrial, en la carretera de la Vall d’Uixó, al resguardo de los cadafales, es otra de las zonas escogidas, así como la parte más alta de la urbanización de Santa Bárbara.

Los residentes consultados lamentan, más allá del incumplimiento del necesario distanciamiento por la pandemia --que también--, que no se respeten los espacios públicos y que algunas personas llenen de basura entornos urbanos y naturales solo por diversión. Aplauden el hecho de que la policía y la Guardia Civil, como confirmó el Ayuntamiento, obligara a los participantes a limpiar lo que habían ensuciado.