Un varón ha sido condenado esta semana por la Audiencia Provincial de Castellón a tres años y nueve meses de prisión por, presuntamente, retener, agredir y robar a una mujer con la que vivía.

El tribunal lo condena por los delitos de robo con violencia, lesiones, detención ilegal y abuso de superioridad, si bien le aplica la eximente de drogadicción.

Inicialmente la Fiscalía pedía una pena de 11 años de prisión, si bien se llegó a una conformidad, el acusado reconoció los hechos de los que se le acusaba y el magistrado leyó la condena en voz alta.

La mujer le permitía vivir en su domicilio a cambio de que él la ayudara en su cuidado, al sufrir una enfermedad degenerativa

Los hechos se produjeron en el año 2020. Víctima y agresor comenzaron a vivir juntos en febrero del 2020 en casa de ella tras llegar a un acuerdo mediante el cual la mujer le permitía vivir en su domicilio a cambio de que él la ayudara en su cuidado, debido a sus limitaciones físicas ya que tenía la movilidad reducida por una enfermedad degenerativa.

Episodio de agresiones

El 30 de junio, el varón le pidió dinero a la mujer y, ante la negativa a dárselo, esgrimió una navaja y la obligó a acudir a un cajero para que sacara 100 euros.

Al volver a casa, le propinó patadas y puñetazos en la cara, le ató las manos a la espalda, le puso un trapo en la boca y una bolsa en la cabeza y la dejó tirada en el baño. 

Cuando regresó a dormir a casa, la arrastró hasta la cama, la tumbó y se acostó junto a ella, mostrándole nuevamente la navaja y diciéndole que si se movía la mataría. A la mañana siguiente, la víctima le pidió al acusado salir a la calle, planeando pedir auxilio. Logró convencerlo al decirle que irían al banco a por más dinero.

El procesado la dejó entrar en un bar y en ese momento la mujer comenzó a gritar: «Me tiene secuestrada»

La afectada extrajo 450 euros que entregó al acusado. Al salir le dijo que tenía que ir al baño a orinar. El procesado la dejó entrar en un bar y en ese momento la mujer comenzó a gritar: «Me tiene secuestrada». En su ayuda acudieron el camarero y varios clientes.

La mujer sufrió una fractura de mandíbula, pérdida de dos piezas dentales y policontusiones. Las lesiones tardaron en curar 41 días y la mujer permaneció 14 días ingresada en el hospital.

No obstante, el varón alegó padecer un trastorno psiquiátrico debido al consumo de drogas, una circunstancia que ha sido tenida en cuenta por el tribunal. El acusado, que está en prisión provisional desde julio del 2020, presenta un estado psicofísico compatible con un trastorno psiquiátrico de larga evolución. Dicha alternación, sumada al policonsumo de drogas, repercutió en su capacidad cognitiva.