Los Bomberos de Zaragoza continúan buscando al pequeño Karim, de 13 años, que el sábado desapareció en el Ebro, a la altura del antiguo embarcadero de la Expo, mientras se daba un baño junto a un amigo. Después de rastrear la zona en la que se le vio por última vez “palmo a palmo”, se ha ampliado la búsqueda aguas abajo y el operativo se ha desplazado al puente de La Almozara. El jefe del servicio de Bomberos, Eduardo Sánchez, ha asegurado que “se está buscando una aguja en un pajar” porque el escenario en movimiento del río puede provocar que el menor se desplace con la corriente.

Las labores no están siendo nada sencillas. Tras las tormentas de ayer el caudal del río ha subido, las corrientes son más fuertes y arrastran más restos y sedimentos, lo que está dificultando todavía más la tarea de los buzos que tienen una visibilidad de un metro de distancia, aunque va variando según la zona. El jefe del servicio de Bomberos ha explicado que en el tramo en el que se está trabajando se han producido muchas construcciones y los restos que permanecen en el fondo del cauce dificultan las tareas de los buzos, que en algunos puntos tienen que marcar el camino con los pies para minimizar el riesgo.

La unidad canina se ha unido al dispositivo y “van marcando zonas” en las que detectan alguna anomalía que son examinadas. También los drones han vuelto a volar por la mañana. Ayer ofrecieron 95 ortofotos que permiten incluso ver el fondo del río en algunos puntos, dependiendo de la luz y los reflejo. Todas las imágenes están siendo analizadas al detalle y, en el caso de detectarse algo sospechoso, se traslada al operativo de campo, que rastrea la zona señalada. El joven iba vestido con una camiseta de su equipo de fútbol fucsia, lo que facilitaría su búsqueda desde aire, aunque Sánchez ha apuntado que, por el propio movimiento del río, podría no llevarla.

El concejal delegado de los Bomberos, Alfonso Mendoza, ha indicado que todos los medios disponibles están trabajando en la búsqueda de Karim. Este domingo, el 80% de los bomberos que estaban de guardia participaron en algún momento en las labores, a las que también se ha unido Protección Civil, que se encarga de los rastreos de las orillas, y que se completan con helicóptero Cóndor de la Policía Nacional.

Mendoza ha insistido en que el río “es muy tramposo” porque, aunque parezca que está en calma, hay fuertes corrientes que son muy peligrosas. Por eso ha hecho un llamamiento a la prudencia para que nadie decida refrescarse en el Ebro.