El día en el que se decretó el primer estado de alarma por la pandemia del coronavirus--el 14 de marzo del 2020--, Miguel Ángel A.J., el hombre que ayer mató a su anciana madre a puñaladas y después se suicidó, protagonizó en el párking del polideportivo Víctor Cabedo de Onda un episodio de desórdenes públicos. No era, ni mucho menos, un caso aislado. Y es que, según ha podido conocer este rotativo, las intervenciones policiales por sus altercados eran frecuentes en la localidad.

Ese día fueron los vecinos de la zona los que llamaron a la Policía Local, pidiendo la personación de los agentes municipales ante la presencia de un hombre que daba voces y tenía un comportamiento muy agresivo. Los efectivos intentaron entrevistarse con Miguel Ángel A.J., quien sin embargo no atendió a razones ni depuso su actitud.

El ahora fallecido tampoco quiso identificarse, diciéndoles a los agentes que «no eran nadie», instándoles a que se marcharan de malas formas y espetándoles que no les daba su documentación «porque no le daba la gana». Finalmente, los policías lograron extraer la cartera con su documentación de su chaqueta y procedieron a denunciarlo por alteración del órden público y por negativa a identificarse.

Este es solo un ejemplo de las muchas intervenciones protagonizadas por el presunto parricida de Onda, a quien los agentes también tuvieron que sacar en varias ocasiones de establecimientos hosteleros al encontrarse bajo los efectos de alcohol y causar molestias.

Una localidad consternada

La localidad de Onda está consternada. El municipio registró ayer un nuevo crimen intrafamiliar que ha dejado abatida a la población por la vulnerabilidad de la víctima, anciana y enferma de Alzheimer. El cuerpo sin vida de Donata, de 77 años, fue hallado ayer por la mañana en su domicilio, con múltiples cuchilladas tanto en el tórax, como en el cuello, según pudo saber este diario de fuentes de la investigación. 

El presunto autor del homicidio fue su hijo, Miguel Ángel A.J., de 50 años y conocido en Onda con el apodo de El Pirri. Tras acabar supuestamente con la vida de su anciana madre, el hombre decidió suicidarse, lanzándose al vacío desde la vivienda en la que ambos residían en el número 4 de la avenida Montendre.

Fue una patrulla de la Unidad Canina de la Policía Local de Onda la que, por casualidad, pasó por el lugar a media mañana, tras haberse tirado el presunto parricida desde su piso. Los agentes vieron el cuerpo en el suelo, comprobaron que el varón había fallecido y dieron aviso al retén. Al mismo tiempo, también hubo distintas llamadas al 112 de vecinos.

Los efectivos acordonaron la zona, taparon el cuerpo para que no quedara a vistas de los viandantes y colocaron una mampara. 

Vecinos de los edificios cercanos no solo fueron testigos de los hechos, sino que grabaron la escena con sus teléfonos móviles.

Los agentes municipales contactaron telefónicamente con la familia del fallecido, al que conocían por haber protagonizado numerosos altercados. Una sobrina de la anciana se trasladó hasta el inmueble de la avenida Montendre. Como la allegada tenía llaves de la casa, abrió a los agentes para que inspeccionaran el interior del domicilio ante las sospechas de que Donata pudiera haber sufrido algún daño por parte de su hijo.

Al parecer, el dormitorio de la mujer estaba lleno de sangre y su cadáver, tendido sobre su cama con múltiples heridas de arma blanca. En el lugar encontraron también el arma homicida, siendo esta un cuchillo de cocina.

Según ha podido saber este diario de fuentes solventes, en la vivienda familiar no se halló ninguna carta de despedida del autor del crimen, como suele suceder en algunos casos similares.

Todo parece indicar que Miguel Ángel A.J., quien al parecer sufría un trastorno mental que las fuentes consultadas no han podido concretar, habría acabado de forma violenta con la vida de su madre tras una discusión, cuyo origen todavía se desconoce.

No era la primera vez que se producía una pelea entre madre e hijo, que solían tener desencuentros debido a la personalidad conflictiva y agresiva de él.

Además, Mediterráneo ha podido confirmar que la Policía Local de Onda había tenido que establecer dispositivos de búsqueda en algunas ocasiones anteriores para encontrar a la mujer, quien no había regresado al inmueble tras desorientarse en la vía pública a causa de la enfermedad.

Un caso similar en Vinaròs

A finales del pasado año un jurado popular declaró culpable a un vecino de Vinaròs de asesinar a golpes a su anciana madre durante un brote psicótico en 2018. Como ya avanzara este diario, la evolución de su estado determinará su salida del centro psiquiátrico penitenciario en el que está ingresado como medida de seguridad. El magistrado estableció en la sentencia que el vinarocense no permanecerá más de 25 años interno y pidió informes de la dirección, al menos, una vez al año.