Cinco mujeres víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y que habían sido obligadas a prostituirse en un piso de Granada han sido liberadas por la Policía Nacional, que ha detenido a otras dos mujeres, de 49 y 59 años, quienes ya han ingresado en prisión por estos hechos.

La Brigada de Extranjería y Fronteras inició la investigación el pasado marzo, una vez que detectó lo que parecía ser la reanudación de actividad de prostitución y tráfico de drogas en un inmueble cercano a la plaza de La Caleta.

Dicho lugar ya había sido objeto de investigación en septiembre del pasado año, cuando fueron detenidas siete mujeres, entre ellas una española de origen brasileño que regentaba como arrendataria el inmueble en el que, en ese momento, eran explotadas sexualmente hasta diez mujeres que fueron liberadas.

En los registros realizados en su domicilio y en el piso, los agentes decomisaron documentación relativa a la ilícita actividad, 26.000 euros en efectivo y cocaína, que podrían ser indicadores de la trata de seres humanos, prostitución coactiva y, según el testimonio ofrecido por todas las mujeres que eran objeto de explotación sexual, también tráfico de drogas.

Después de finalizar el periodo de prisión preventiva dictaminado por la autoridad judicial para las siete mujeres, la arrendataria y principal investigada habría reanudado la actividad delictiva consistente en captar a ciudadanas extranjeras en situación irregular mediante anuncios en páginas web de contenido sexual.

Ofertaban una plaza en la ciudad de Granada, en la que ganarían mucho dinero, tendrían libertad de horarios y elección de clientes.

Una vez que las trabajadoras aceptaban las condiciones engañosas ofrecidas como gancho por la presunta proxeneta, eran alojadas en el mismo inmueble donde debían prostituirse las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Además les retiraba los pasaportes con el pretexto de que debía tenerlos por si era inspeccionada por la Policía decir que les alquilaba habitaciones para residir y prostituirse libremente, cuando en realidad no les permitía salir a la calle más que dos horas al día, coincidiendo con el periodo de menor afluencia de clientes y sin poder alejarse una distancia que les llevara más de diez minutos regresar.

Tampoco les permitía rechazar a ningún cliente y si incumplían estas normas las echaba a la calle, ha informado este lunes la Policía en un comunicado.