Un despiste al volante puede tener graves consecuencias. Es lo que le ha ocurrido a una castellonense de 48 años, condenada por un delito leve de imprudencia con resultado de lesiones tras saltarse un semáforo en rojo y arrollar a una mujer que cruzaba un paso de peatones. Los hechos sucedieron en Reus (Tarragona) en abril del 2019. Como establece la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, la conductora no conocía la ciudad porque hacía escasos meses que se había mudado a Cataluña. En este contexto, no prestó la debida atención a las señales de tráfico mientras intentaba encontrar una salida hacia Tarragona y, mientras circulaba por una rotonda, no frenó en el semáforo, golpeando a la víctima, que cayó al suelo.

A consecuencia del atropello, la peatón sufrió policontusiones, fractura del peroné, de la cabeza del radio, de la base del cuarto y quinto dedo metatarsiano y de los ligamentos del tobillo. Dichas lesiones precisaron para su curación de tratamiento quirúrgico y 245 de estabilización, restando como secuelas algias postraumáticas cervicales, limitación del pie izquierdo por rotura de ligamentos y también de la movilidad del codo derecho y perjuicio estético.

Audiencia de Tarragona

La Audiencia Provincial de Tarragona, que ha revisado la sentencia de origen del Juzgado de Instrucción número 2 de Reus tras interponer un recurso la compañía aseguradora de la condenada, impone una pena de multa de 40 días a razón de cinco euros para la conductora. En concepto de responsabilidad civil, ordena el pago de una indemnización de 13.516 euros para la víctima, cantidad que abonará el seguro. Dicha suma rebaja sustancialmente el pago fijado en Instrucción, que condenó a la castellonense a abonar una indemnización de 37.505 euros a la peatón herida.

El seguro de la procesada, sin embargo, mostró su disconformidad con la cantidad contenida en la sentencia tanto por las lesiones, como por las secuelas. En este último sentido, la defensa sostuvo que el accidente no había causado una agravación de la patología psiquiátrica que la víctima sufría con anteriodad --trastorno esquizofrénico--. La Audiencia ha aceptado parcialmente la apelación.

Los accidentes por despistes al volante no han aumentado exponencialmente en los últimos años y en España son ya la principal causa de siniestros tanto en ciudad, como en carretera. La principal distracción es el teléfono móvil --el 98% de los conductores reconocen haberlo usado alguna vez mientras conducían--, pero también lo son la manipulación de la música, el climatizador o el GPS, que ya son el origen de más de la mitad de los accidentes causados por una distracción.