Cinco años y nueve meses de prisión por un delito continuado de falsedad en documento oficial y otro de tenencia ilícita de explosivos es la pena impuesta a quien fue vicepresidente de la delegación de la federación de Tiro Olímpico de Castellón. La Audiencia Provincial lo sentenció en el 2019 y el Tribunal Supremo ha confirmado en los últimos días la condena, aunque incluyendo en el fallo la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas.

El tribunal de la Sección Primera declaró probado que Antonio José R.M. era responsable de la custodia y el control de la cartuchería y la pólvora adquirida por la entidad para su distribución entre tiradores con licencia de la provincia. Los magistrados consideraron acreditado que el ya condenado «realizó anotaciones inveraces en el libro de registros de venta de cartuchería e incumplió la normativa, simulando ventas» a personas que realmente no habían adquirido nada.

La Guardia Civil registró la vivienda del sentenciado en Castelló y la de sus padres, en les Useres. En el primer inmueble encontraron diez kilos de pólvora en buen estado de conservación, así como 8.300 euros en una caja fuerte. En el segundo domicilio los efectivos de la Benemérita dieron con un revólver con el número de identificación parcialmente eliminado y un cañón de una pistola semiautomática sin número de serie, entre otras armas.

Sin pruebas sobre el supuesto lucro

En cuanto al dinero intervenido durante la operación, la sentencia de primera instancia rezó que no había quedado acreditado que el vicepresidente de la delegación de Tiro Olímpico se dedicara a una actividad ilícita ni traficara ni comercializara con los explosivos. La Guardia Civil le puso vigilancia y seguimientos y no pudo demostrar ese supuesto.

Además de la pena de cárcel, el tribunal castellonense le impuso a Antonio José R.M. una multa de 1.860 euros y la prohibición del derecho a la tenencia y porte de armas durante siete años.

El condenado negó durante su interrogatorio en la vista oral celebrada en abril del 2019 en la Ciudad de la Justicia de Castelló que manipulara conscientemente el libro de registros de la entidad entre 2010 y 2014 y que se lucrara con la venta ilegal de diversas armas y munición.

Clientes falsos

«En ese tiempo yo tomaba una medicación que me hacía estar mal de la vista y me debí equivocar», se justificó el acusado en referencia a las anotaciones en el libro de registros del DNI de compradores que, en realidad, nunca adquirieron nada. Así lo confirmaron los afectados: «No tengo licencia de armas ni he comprado munición en mi vida», dijo uno de ellos, mientras otro afirmó: «Jamás he comprado cartuchería».