Cuatro años de cárcel por intentar matar a una mujer en un club de alterne de Badajoz

Cuatro años de cárcel. Es la condena que le ha sido impuesta al acusado de agredir e intentar estrangular a una mujer en un club de alterne de Badajoz, teniendo en cuenta las atenuantes de drogadicción y de reparación parcial del daño. También deberá cumplir una orden de alejamiento de 500 metros durante otros cuatro años y pagar una indemnización de 12.000 euros por lesiones y daños morales a la víctima, de los que, según Efe, ya ha abonado 3.000.

La Audiencia Provincial de Badajoz dictó sentencia ayer después de que las partes alcanzasen un acuerdo de conformidad, por lo que finalmente no hubo que celebrar el juicio que estaba previsto.

Tal y como contó La Crónica de Badajoz, la Fiscalía pedía 8 años de prisión para M.P. por un delito de tentativa de homicidio, la acusación particular, 10, y la defensa, la libre absolución. Finalmente, el hombre, de unos 30 años y vecino de la zona de Badajoz, reconoció los hechos. Efe señala, además, que la defensa, ejercida por José Antonio Calamonte, pedirá que la pena de prisión sea sustituida por la inclusión en un centro relacionado con problemas de drogadicción.

Cabe recordar que el ahora condenado era semiimputable en relación a los hechos, pues, en el momento de cometerlos, «presentaba un consumo abusivo de tóxicos (cocaína y alcohol) y en la fase de máximo consumo sufrió alteración de su comportamiento a nivel cognitivo e intelectivo», reza el escrito de calificación del Ministerio Público.

La agresión tuvo lugar en la noche del 5 de agosto del 2018, cuando M.P. contrató un servicio con R., y al terminar, tras consumir una raya de cocaína, le conminó a que abandonara la habitación. El varón, sin embargo, cerró de golpe la puerta de la habitación, y arrojó a la víctima sobre la cama para después amenazarle de muerte, golpearle la cabeza contra la pared y agarrarle fuertemente por el cuello con sus dos manos para «intentar acabar con su vida», según el escrito de la Fiscalía. La jefa de cocina y el encargado del club escucharon los gritos de auxilio de R., que estaba a punto de perder el conocimiento, y lograron alejarle de M.P.