Se puede decir con propiedad que Peluche es la serpiente del verano. César Pons Vera estaba en su casa de la calle Desemparats de Benissa y escuchó revuelo en la calle. Le escamó que alguien dijera: «Se ha enroscado». Fue a toda prisa al terrario en el que vive Peluche, una serpiente pintón de la India (Python molurus) de dos metros y medio. No estaba. Y entonces César ya cayó en la cuenta de que su reptil se había escapado y que había llegado a la calle. Bajó corriendo y vio que los bomberos habían capturado a su serpiente. Les explicó que se le había escapado. César tiene todos los permisos y compró la serpiente en un criadero autorizado. Y Peluche volvió a casa. 

Mónica muestra la serpiente a una niña. VICENTE BOLUFER

Esto ocurrió un domingo de este mes de agosto por la tarde en la calle Desemparats de Benissa. La serpiente no llegó a reptar por la calle. Quedó suspendida en el aire, colgada de una red que adorna en verano esta estrecha y bella calleja. De allí la bajaron los bomberos. 

«Sigo las rutinas de cambiar el agua, limpiar el terrario y tocar y coger a la serpiente para que siga acostumbrada al contacto. Y dejé sin querer abierto uno de los cerrojos del terrario. La bicha empujó con la cabeza y se fue de vuelta por Benissa», relata César.

La pitón salió por una ventana que César y su pareja Mónica, que también comparte la afición por los ofidios, dejaron abierta para que el perro (esta mascota mucho más común) estuviera fresco. «Peluche es una serpiente totalmente inofensiva. Pasó por al lado del perro y ni uno ni otro se pusieron nerviosos». El reptil se deslizó por la ventana y fue a parar a la red que adorna la calle. Se dio un pequeño garbeo.

César afirma que entiende que haya vecinos que le tengan miedo a las serpientes. «Pero ésta es inofensiva y no es venenosa. Mi hija, que tiene 8 años, la toca y la coge. Peluche está acostumbrado al contacto con los humanos».

Esta pitón es macho y César la tiene desde hace dos años y medio. La saca a la calle el día de Sant Antoni para la bendición de animales. Antes cuidó a pitones de la India hembras, a una pitón real (la tenían antes de que esta especie se incluyera en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras y se prohibiera en España) o una pintón arborícola verde. 

«Es una mascota peculiar, es cierto. Pero nos gusta este mundo de las serpientes exóticas.». Peluche tiene chip y seguro. César cuenta con todas las autorizaciones y compró su serpiente a un criador legal.