El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, conmocionado por el accidente, ha hecho una primera valoración pasada la medianoche, explicando el operativo seguido. "Uno de los vecinos, que ha tenido la suerte de escapar cuando ha caído parte del edificio, saliendo con su familia y evitando el siniestro, tiene un grupo de Whastapp en el que está todo el vecindario y a través de ahí, con un gran trabajo, se ha ido contactando vecino por vecino e inquilino por inquilino en el caso de viviendas de segunda residencia. Ha sido una gran labor de la Guardia Civil y, sobre todo, de los bomberos, hay que felicitarles".

Martínez también ha explicado cómo ha vivido el rescate de una de las personas atrapadas. "Como alcalde me ha emocionado ver cómo una de las personas salía con vida. Ha sido un momento que no olvidaré. Quiero dar las gracias a todos por lo que están haciendo por la gente que lamentablemente ha sufrido un siniestro inesperado. Hemos hablado con alguno de los vecinos, una de las personas cuyos familiares están por aquí, esperando y deseando que al menos las otras dos personas atrapadas, aparentemente solo dos, puedan salir también con vida", ha indicado.

Antigüedad del residencial

También ha hablado de la antigüedad del edificio y no ha querido valorar algunos comentarios que hablan de la fuerte tromba de agua como la causa del derrumbe. "Que yo sepa, son viviendas como mínimo de los años 90. El martes cayeron 70 litros durante la tarde, y 60 en 40 minutos, pero no se puede valorar su relación con el accidente. Están los arquitectos municipales y los de la Generalitat tratando, ya no de buscar las causas, sino de encontrar a las personas desaparecidas que esperamos y deseamos estén con vida. La situación que queda es difícil", ha destacado.

Visiblemente emocionado, se ha referido a la solidaridad de los peñiscolanos. "Nos hemos puesto a disposición de los vecinos, de los propietarios, de los inquilinos, porque detrás de mí hay un pueblo que enseguida ha ofrecido habitaciones a los afectados. Los hoteles están prácticamente al 100% de ocupación, pero su respuesta ha sido brutal, facilitando hospedaje a quien lo necesite. Tengo la carne de gallina. Mi móvil está colapsado con llamadas y mensajes de gente que ofrece sus casas para que nadie pase la noche en la calle. Nos hemos volcado, con un pueblo detrás que es muy solidario".