La Audiencia Provincial de Castellón sentó ayer en el banquillo de la Sección Segunda a seis presuntos integrantes de un grupo delincuencial, acusado de asaltar hasta cinco inmuebles de Castelló, Torreblanca, Almassora y Alcossebre. Se da la circunstancia de que la supuesta cabecilla de la banda es, según la investigación, una abogada de Alcossebre, a quien la Fiscalía señala como la persona que ofrecía información de las posibles víctimas de los robos. Según las averiguaciones realizadas en su día por la Guardia Civil en el marco de la Operación Buitres, la abogada usaba información sensible que le confiaba su clientela, en su mayoría personas de avanzada edad con múltiples propiedades arrendadas, joyas y dinero, para encargar y facilitar a sus socios la comisión de los delitos.

Según el escrito del Ministerio Fiscal, la banda operó desde diciembre del año 2017 hasta finales del 2019. El grupo tenía definidas las funciones de cada uno de sus miembros. Así, mientras que unos organizaban el robo, otros miembros vigilaban o ejecutaban el golpe. En aquellos casos en los que las víctimas ofrecían resistencia, los procesados usaban la violencia para conseguir el botín.

La Fiscalía pide penas que oscilan entre los seis meses y los 22 años y medio de prisión para los acusados por cinco delitos de robo, uno de amenazas y otro de pertenencia a grupo criminal.

La supuesta cabecilla

En su declaración, la supuesta cabecilla de la trama negó el rol de líder que los investigadores de la Guardia Civil le atribuyen. Reconoció que había participado en uno de los robos --en el que los agentes la sorprendieron y detuvieron--, pero dijo haberlo hecho «porque era una época en la que estaba muy mal, muy sola y no tenía vida social». «Los guardias civiles me pillaron en la calle, vigilando, y yo me quedé totalmente paralizada. Les di mi nombre real y mis datos», explicó a preguntas del Ministerio Público. Asimismo, dejó entrever que se sentía coaccionada por otros miembros del grupo y dijo: «si tú nos delatas o nos denuncias, vas a caer como todos los demás».

Otros miembros

Otro de los procesados admitió haber participado en un robo en Torreblanca del que se llevaron unos 10.000 euros, pero negó haberse visto implicado en otro golpe en una vivienda del Grau. Respecto a este último asalto, dijo que solo les prestó a los presuntos autores su coche para cometer el trabajo. 

El otro varón procesado por estos hechos dijo no conocer de nada al resto de los acusados y negó cualquier tipo de vinculación con los hechos. «En el 2017, cuando se cometieron los primeros hechos, yo trabajaba repartiendo publicidad de un gimnasio», alegó.

Por su parte, otra de las acusadas había sido pareja sentimental de una de las víctimas, hijo de los dueños de un mesón asaltado en Torreblanca. La fiscal sostiene que esta mujer sabía dónde guardaba la familia el dinero y que facilitó información a los ladrones, así como el propio acceso al local.

El juicio, que ayer comenzó con una hora y media de retraso por negociaciones y cuestiones previas, continuará el miércoles y se prolongará todavía una jornada más con las declaraciones de testigos y peritos.