Videojuegos, salas de chat, redes sociales. El escenario para llegar a sus víctimas no tiene límites. La trama, pederastas y extorsionadores sexuales –mediante engaños- se ganan la confianza de los menores y terminan acosándolos y/o abusando de ellos sexualmente. Permanecen en el anonimato gracias a la nube o “la internet oscura” y utilizan cámaras web, dispositivos conectados, ordenadores o un simple móvil. El daño es irreparable.

La situación sanitaria, las restricciones y el confinamiento, disparó el uso de Internet en muchos hogares. El año pasado, 2020, se cerró probablemente como el año más digital de todos. La vida se tornó online. Muchos menores se conectaron sin límite, también sin supervisión y, acosadores y extorsionadores, conscientes de ello, han campado a sus anchas. 

La Fiscalía General del Estado (FGE) ha alertado del volumen de estos delitos, y ha afirmado que cerrado el curso 2020, se registró un aumento de casos de acoso sexual a menores a través de Internet, conocido también bajo el término de 'child grooming'. Según sus datos, supone un incremento del 55% con respecto a 2019 y de un 175% con respecto a 2018, según consta en la Memoria de la Fiscalía.

El departamento dirigido por Dolores Delgado advierte de la "preocupante evolución de los delitos online contra la libertad sexual", en particular de los que afectan a menores de edad, que suponen un 8,5% del total de los ciberdelitos y representan un incremento del 18,45% con respecto a 2019.

Más ciberdelitos

Según la Fiscalía, en términos generales "se confirma la tendencia ascendente que se viene constatando en relación con los ciberdelitos desde la puesta en funcionamiento de la especialidad en 2011". En el año 2020 se incoaron un total de 16.914 procedimientos, un 28,69% más que en 2019. Se advierte, sin embargo, que este ascenso es "más moderado que en años anteriores": en 2019 hubo un aumento del 45% respecto de 2018, lo que se explica por la situación generada por el arranque de la pandemia.

La FGE explica que el 24,12% de los procedimientos relativos a ciberdelitos son contra bienes jurídicos personalísimos, mientras que el 75,88% se refieren a delitos contra el patrimonio y otros. La gran mayoría de estos, un 72,43%, por delitos de estafa. "Esto se explica porque son las conductas que más habitualmente se denuncian y porque existe una cifra oculta de criminalidad en otros ilícitos, como los atentados contra la libertad e indemnidad sexual de los menores", sostiene.

El equipo de Delgado asegura que pese a la ralentización de la tramitación procesal que tuvo lugar por la pandemia se presentaron 3.207 escritos de acusación, lo que representa un 12,64% más que en 2019. Según detalla, el delito más numero es el de estafa (45,62%), seguido de amenazas y coacciones (12,13%), de pornografía infantil (8,98%) y de descubrimiento y revelación de secretos (6,17%). Por su parte, se observó un descenso del 75% de los delitos contra la propiedad.