En la mañana del 10 de marzo del 2019, sobre las 9.40 horas y cuando los bomberos acudieron a apagar un incendio en una vivienda de Castelló, no podían imaginar lo que se encontrarían allí. Porque una vez extinguido el fuego, afloró un auténtico laboratorio clandestino de cocaína, con materiales y recipientes diversos repartidos entre las habitaciones y la cocina. Fruto de ello arrancó una investigación que culminará este próximo lunes 27 en la Audiencia Provincial de Castellón. Fiscalía solicita para los tres acusados 11 años de cárcel; seis por un delito de incendio por imprudencia grave, y los otros cinco por un delito contra la salud pública, en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud. En total, 33 años de prisión.
Además, a uno de los acusados, la Generalitat valenciana le exige 51.557 euros por la asistencia sanitaria. Sufrió quemaduras de gravedad por el fuego desatado en la vivienda y fue trasladado al Hospital La Fe de València. Un segundo acusado fue detenido mientras trataba de escapar. El tercero, por contra, logró huir y se encuentra en paradero desconocido.
La acusación
En el escrito de acusación, la Fiscalía explica que, una vez extinguido el fuego, agentes de la autoridad realizaron una inspección ocular de la vivienda. Comprobaron que el piso, ubicado en la calle Jacinto Benavente de Castelló, era utilizado por los tres acusados como centro de extracción secundaria para la separación de cocaína de otras sustancias, como el café, con las que se había mezclado previamente para ocultarla.
En el registro realizado por las fuerzas de seguridad se encontraron elementos como cubetas de plástico y líquido corrosivo. También aparecieron diferentes sustancias como el permanganato potásico, tolueno, acetona y ácido sulfúrico, y otras que se utilizan como «precursores», esto es, aquellos productos susceptibles de ser utilizados en la fabricación ilícita de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas.
Además, las sustancias encontradas en barreños en la vivienda resultaron ser, algunas de ellas, cocaína, que habría alcanzado en el mercado ilícito, según Fiscalía, la cantidad de 7.000 euros por su venta en dosis y 3.900 por su venta en gramos.
La alarma
El incendio se originó en la cocina, donde los acusados manipulaban productos químicos. Los vecinos de la misma calle, alertados por el humo y las llamas, avisaron a los Bomberos. Fue para los acusados el principio del fin.
REACCIÓN VECINAL
El aviso a las autoridades lo dieron varios residentes en la calle Jacinto Benavente al ver salir una humareda negra de una de las ventanas de la vivienda que ocultaba el laboratorio de droga. Preguntados por Mediterráneo, los vecinos del inmueble relataron que el día previo a la explosión escucharon discutir a los implicados. También percibieron un olor «a petróleo» en jornadas previas al suceso. «A uno de ellos no lo había visto nunca. A otro me lo he cruzado algunas veces, pero no teníamos ningún trato», indicó un residente. N. B. B.