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Tribunales

Un hombre se enfrenta a una petición de cárcel en Alicante por pegar a su hija para que dejara el móvil

Un juzgado debe resolver si el acusado se peleó con la menor cuando le exigió que le entregara el teléfono porque lo usaba mucho

Una joven consulta su teléfono en una foto de archivo.

Un hombre se enfrenta a penas de entre ocho meses y año de prisión por haber pegado a su hija después de que le exigiera que dejara el móvil y ésta se negara, según se relata en los escritos de acusación a los que ha tenido acceso este diario. La causa acaba de llegar a un juzgado de lo Penal de Alicante para que se celebre el juicio donde se le acusa de un delito de lesiones en el ámbito familiar.

La adicción de los jóvenes a los teléfonos móviles suelen ser fuente de conflictos familiares, sobre todo cuando el menor se niega y reacciona de manera violenta. En el caso enjuiciado, los relatos de acusación relatan una situación que fue mucho más que una mera discusión y que tenía el trasfondo de la separación de los padres, ya que la niña decía que quería hablar con su madre cuando empezó la disputa.

Los hechos ocurrieron sobre las 20.40 horas del 16 de febrero de este año en el domicilio familiar, sito el municipio de Elda. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado entró a la casa y se encontró a la menor, de 14 años de edad, en su habitación tumbada en la cama con el teléfono en la mano. El hombre le recriminó que usara el móvil durante tanto tiempo y le exigió que se lo entregara. Algo a lo que la joven se negó. La reacción del hombre fue violenta, según el Ministerio Público, ya que le agarró del pelo, le propinó varios puñetazos en el pecho y en los costados y presionó con la rodilla la pantorrilla de su hija mientras estaba tumbada en la cama, hasta que finalmente logró arrebatarle el teléfono.

El informe médico refleja que la joven sufrió contusiones en el costado izquierdo y en la pierna derecha, que tardaron cinco días en curar y que solo precisaron la asistencia médica inicial en el primer momento.

Los progenitores se habían separado recientemente, tras varios años de convivencia, y la sentencia le había dado al padre la custodia de las dos menores. Ambas se quedaron a vivir con él en su domicilio.

En esta causa, la acusación particular la ejerce la madre de la menor que reclama para su expareja un año de prisión por la presunta agresión. En su escrito de conclusiones, se sostiene que la joven en el momento en que ocurrieron los hechos se disponía a hablar con su madre. Asimismo se añade que el padre entró en la habitación de manera "sorpresiva y con manifiesta agresividad".

La Fiscalía reclama una pena de ocho meses de prisión por un delito de lesiones en el ámbito familiar, mientras que la acusación particular pide un año por el mismo delito. Ambas exigen una orden de alejamiento que impida al acusado acercarse a la menor durante dos años, así como establecer cualquier tipo de comunicación con ella. Precisamente, el procesado tenía la custodia de la joven y vivía en su casa, por lo que la aplicación de la medida implicaría su salida del domicilio familiar. La madre reclama además una indemnización de 200 euros por las lesiones causadas. Un juzgado de lo Penal de Alicante acaba de registrar la causa y ahora deberá señalar fecha para celebrar el juicio.

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