Caso Abierto - El Periódico Mediterráneo

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El Supremo ratifica 2,5 años

Una jefa de cajas de ‘súper’ de la Vall a prisión por robar 162.000 €

Sacaba billetes grandes del búnker y falsificaba documentos para ocultarlo

Cajeras de un supermercado cobran a varios clientes en una imagen de archivo.

El Tribunal Supremo ha ratificado la condena de dos años y medio de prisión impuesta a la que fuera coordinadora de cajas de un supermercado de la Vall d’Uixó por sustraer 162.000 euros durante tres años --de 2010 al 2013--. 

La Audiencia de Castellón juzgó a la trabajadora en el 2019 y la sentenció por un delito de apropiación indebida, agravado por la cuantía y con la circunstancia atenuante simple de dilaciones indebidas. Además, le impuso una multa de siete meses con una cuota diaria de seis euros --1.300 en total--. Notificada la sentencia, la representación de la condenada preparó un recurso de casación por infracción de ley y vulneración de precepto constitucional que ahora ha sido desestimado.

El alto tribunal madrileño ha confirmado la sentencia de origen e impone, además, las costas procesales a la recurrente.

Tal y como declaró probado la Audiencia, la procesada, sin antecedentes penales, trabajó desde octubre del 2010 a octubre del 2013 como coordinadora de la línea de caja y cajera de información de un supermercado de la Vall d’Uixó. Entre sus funciones estaba la elaboración de la documentación contable diaria del circuito del dinero del establecimiento y el control de la recaudación de la superficie. Con ánimo de lucrarse a costa de lo ajeno se apoderó a lo largo de esos años de la cantidad total de 162.430 euros en efectivo del citado supermercado, que iba retirando en billetes grandes del búnker donde se guardaba la recaudación del establecimiento comercial.

¿Cómo lo hacía?

En su condición de coordinadora de cajas, conocía el código, la llave de seguridad y el mecanismo de desalarma que permitían acceder al búnker, según el documento judicial. Asimismo, día tras día alteraba la documentación contable, justificando en dicha información el dinero que había cogido de la caja, como efectivo que estaba en la caja fuerte, de modo que las cuentas cuadraban, y el gerente y la central percibían una apariencia de normalidad en las cuentas, cuando en realidad el dinero no estaba allí.

Cuando las otras empleadas detectaban el descuadre creciente y se lo ponían de manifiesto a la coordinadora, esta les decía que era un problema informático, que lo arreglaría, y les indicaba el modo en que debían hacer la documentación para que cuadrase.

Cuando la condenada estaba de vacaciones el descuadre de dinero no aumentaba. Cuando se implantó la figura de una nueva jefa de cajas, y ante la inminencia de su llegada, la acusada comunicó a la central la existencia de un descuadre. A lo largo de dicho periodo, hizo suyos 162.430 euros, según la auditoría interna llevada a cabo por la empresa.

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