Nunca improvisaban. Antes de actuar se desplazaban a los polígonos industriales, estudiaban el terreno y hasta se hacían pasar por trabajadores de alguna empresa de seguridad, telefonía o de cualquier otro tipo de instalación que les permitiera ver dónde estaban las oficinas, las cajas fuertes y la distribución de los inmuebles. La investigación ha revelado que el grupo también utilizaba drones para la inspección de tejados y espacios en altura, inhibidores, detectores de frecuencia y otras herramientas concretas realizar butrones y romper cerraduras.

Una vez que accedían, forzaban allí mismo las cajas fuertes para sustraer el dinero, pero si surgían dificultades se llevaban los cofres con un vehículo de carga. Para los casos más complejos por el tipo de modelo y envergadura, utilizaban técnicas específicas como el oxicorte, un procedimiento auxiliar a la soldadura que requiere de una alta especialización y que se emplea en innumerables aplicaciones industriales, entre ellas para realizar el corte de chapas, barras de acero u otros elementos ferrosos. Hasta veinte robos en naves y oficinas de diferentes puntos de la Costa del Sol han contabilizado los agentes del Grupo de Robos de la Comisaría Provincial de Málaga, que han logrado desmantelar a la organización con siete detenciones, cuatro de ellas en Torremolinos, Fuengirola y Estepona, y el resto en San Fernando (Cádiz) y Gandía (Valencia).

La operación Way II se inició en la recta final del pasado verano, cuando los agentes detectaron un cúmulo de robos en naves de la provincia que apuntaban a una misma autoría. Los sospechosos accedían fracturando las cerraduras de las puertas de entrada, rompiendo paredes del perímetro exterior de los inmuebles o de otros colindantes o forzando los tejados, técnica esta última conocida como rififí. Una vez analizadas todas las denuncias y practicadas numerosas diligencias, el Grupo de Robos detectó una serie de particularidades que les hizo sospechar de un grupo desarticulado hace un año en el litoral malagueño y con ramificaciones en Madrid y Cádiz.

De nuevo tras ellos, comprobaron que alquilaban coches a nombre de personas sin antecedentes para sus desplazamientos y emprendían viajes a otras ciudades por periodos de tiempo intermitentes tras realizar los robos. Además, efectuaban contravigilancias, usaban dispositivos de detección de señales electrónica, empleaban drones en la planificación de los asaltos y hasta usurpaban las identidades de terceros para alojarse en establecimientos con otros nombres. Una vez identificados los integrantes del grupo, los agentes localizaron sus domicilios, garajes y trasteros en los que ocultaban el material con el que actuaban y una nave en Marbella que utilizaban para ocultar los efectos robados. Para la ejecución de los asaltos empleaban vehículos de gran cilindrada y alta gama con los que se desplazaban al punto seleccionado. En algunas ocasiones también usaban vehículos sustraídos, preferentemente furgonetas con matrículas dobladas. La autoridad judicial ha decretado prisión para cuatro de los investigados, entre ellos los cabecillas, un español y un británico de 41 y 26 años, respectivamente, ambos con un amplio historial de delitos contra el patrimonio. Todos los arrestados se reparten la presunta autoría de los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza, falsedad documental, contra la seguridad de tráfico, tráfico de drogas, hurto de vehículo, reclamación judicial y/o usurpación de bienes inmuebles.