El recurso de casación interpuesto por la defensa de un condenado por robo en Castelló ha sido estimado por el Tribunal Supremo, que ha decidido dejar en solo 180 euros de multa su condena por sustraer efectos de un coche en un garaje comunitario de la capital. 

El Juzgado de lo Penal número 3 de Castelló impuso tres años de cárcel al procesado por un delito de robo con fuerza, que fue después confirmada por la Audiencia Provincial. Sin embargo, el acusado quiso recurrir el caso ante el alto tribunal de Madrid, que sí ha estimado los motivos alegados para rebajar sustancialmente la condena y dejarla en un delito leve de hurto.

Según motivan los magistrados en el documento judicial al que ha tenido acceso este diario, en el coche no se produjeron daños que evidenciaran que el turismo había sido forzado. «En este caso, el relato de hechos probados de la sentencia impugnada no permite conocer qué clase de fuerza resultó implementada sobre el vehículo para acceder a los objetos que se encontraban en su interior. Ni siquiera puede conocerse si la misma se efectuó sobre sus puertas o ventanas. La lacónica descripción empleada, --tras forzar el vehículo, se apoderó de los efectos--, obtura cualquier posibilidad de profundizar acerca de esta relevante cuestión», argumenta el Tribunal Supremo.

Hechos probados

La sentencia de primera instancia declaraba probado que el joven, que en el momento de los hechos tenía 23 años y dos condenas previas por robo, entró en el garaje comunitario de una finca de viviendas en enero del 2019. «Tras forzar un vehículo que se encontraba estacionado, accedió a su interior, apoderándose de efectos consistentes en un mando junto con la llave de apertura del garaje, un ipad, 20 discos y tres juegos de llaves de tres domicilios, recuperándose por agentes de la Policía Nacional en poder del acusado días después», reza la sentencia del tribunal castellonense.

Otro caso similar es el del ladrón de la alcantarilla de Castelló --con varias condenas y unas 50 detenciones a sus espaldas-- quien aceptó una pena de dos años de prisión por robo continuado en establecimiento público. A principios del año 2020 rompió varios escaparates de tiendas de telefonía móvil de madrugada (armado con una tapa de alcantarilla de hierro) y se apoderó de un suculento botín electrónico. Tras varios ataques a comercios, efectivos de la Policía lograron detenerlo.