Incumplir el horario de cierre del bar que regenta le costó a un hostelero de Zaragoza que la Policía Local descubriera que en la cocina no solo la empleaba para hacer croquetas y tortillas de patata, sino para cortar la cocaína con la que traficaba. Acabó detenido y puesto inmediatamente a disposición del juez de guardia que acordó su libertad. 

El hallazgo y posterior arresto tuvo lugar el sábado cuando pasaban tres minutos de las 02.00 horas que el establecimiento, situado en la calle Santa Teresita, debía haber bajado la persiana. Pero era todo lo contrario, estaba a mitad y los agentes vieron que en el interior había unas siete personas, así que decidieron entrar. 

La actitud sospechosa de F. A. H. R., dominicano, de 35 años y con un amplio historial de tráfico de drogas, le descubrió. Salió tan rápido y nervioso de la cocina que los miembros de la Policía de Zaragoza decidieron entrar al interior de esa dependencia para saber que había. Allí observaron dos bolsitas de color verde sobre una mesa de acero inoxidable que contenía cocaína. Al lado había una caja de cartón con dos balanzas de precisión, así como alambre de idéntico color verde al usado en el cierre de las dosis que inicialmente vieron. 

Asimismo, en el suelo y debajo de la mesa encontrar 1,5 gramos de cocaína, así como otros 15 de sustancia de corte envuelta en papel film transparente. Tanto por la predisposición de la droga como por la tenencia de balanzas, los agentes procedieron a detener a F. A. H. R. por un delito de tráfico de drogas. 

Ante el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, en funciones de guardia, el sospechoso aseguró que esa droga era para consumo propio entre los allí presentes en el bar. Sea como fuere el juez acordó la libertad provisional para este joven que fue asistido por la abogada Marina Ons. 

Por otro lado, la Policía Nacional desmanteló un piso, también en el barrio Delicias, en el que se vendía marihuana, speed y cristal.