El robo de perros de caza convierte a Castellón en una sorprendente excepción dentro de una tónica que las autoridades consideran general y es que aquí «no hay constancia de denuncias masivas» por sustracciones, cuando en otros territorios es habitual, en especial en entre otoño e invierno, cuando se inicia la temporada de caza, según confirma la Guardia Civil.

La suposición es que los robos se producen, pero no se notifican. De hecho, desde la unidad especial del Seprona inciden en que «es un asunto que puede resultar cuando menos llamativo en la sociedad actual, dada la concienciación que existe con la protección animal». Pero es que, en esta provincia estos hechos no se denuncian ni cuando abren los cotos «ni en ninguna época del año».

El caso es que este tipo de incidentes suceden y suelen comentarse entre particulares. Fue el caso, por poner solo un ejemplo, de un galgo desaparecido en Nules y que fue encontrado tiempo después en un municipio valenciano. Pudo ser identificado por el chip, aunque no hubo denuncia.

Explican desde la Guardia Civil, que la manera de actuar de los ladrones es prácticamente siempre la misma, «suelen actuar por encargo de otras personas interesadas en un determinado perro». Ese interés surge cuando «en círculos ligados a los ambientes cinegéticos», el propietario del can, sus amigos o conocidos «ensalzan las bondades, características y buen trabajo del animal».

Cómo prevenirlos

Impedir un robo en este ámbito es igual de complicado que en cualquier otro, nunca se sabe cuándo uno va a ser víctima de un amigo de lo ajeno, pero puede minimizarse el riesgo tomando una serie de medidas preventivas. Desde la Guardia Civil destacan que las recomendaciones coinciden con las que se tomarían a la hora de proteger de un robo «a cualquier otro animal o bienes en general».

Entre las indicaciones básicas está la identificación con el microchip, que por otra parte es una obligación legal de cualquier propietario, pero también utilizar collares con GPS o medios de localización electrónicos, lo que facilita encontrarlo con gran exactitud.

La situación ideal sería llevarlo siempre con correa, pero cuando no es posible --en plena caza--, hay que intentar no perderlo de vista. Otra recomendación es no dejarlo solo fuera de cualquier establecimiento --una práctica común-, aunque esté atado, ni en vehículos o transportes especiales.

Cuando, a pesar de todas estas medidas, se produce el robo, Guardia Civil remarca la necesidad de «notificarlo o denunciarlo inmediatamente, aportando el número de chip», porque es la vía más efectiva para recuperarlo.